Capítulo 5

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Aurora

Lloro en los brazos de Kam en silencio.

El alma de mi hermana se aleja de mi sin que pueda evitarlo. Intento aferrarla lo más que puedo, pero es inútil. Ella se va dejándome con una angustia tremenda.

Tiemblo al sentirme sola otra vez y Kam me aprieta contra su pecho. Estamos recostados en la cama, Kota está de pie frente a nosotros. Esta sudando, lucha por evitar que la preocupación lo ciegue.

—tenemos que partir lo antes posible —dice con decisión.

—¿Dónde iras? —pregunta Kamel. Se ve un poco débil, pero está vivo, completamente consiente.

—iremos —digo. Lo veo fruncir el ceño, me separo y me arrodillo en la cama quedando frente a el —. Hay que rescatarla, Kam. Es mi hermana, confío en Kalliope y ella en mí.

Kamel me observa fijamente con los ojos entrecerrados de cansancio. Es increíble pensar que, a pesar de haber estado inconsciente y dormido por tantos días, ahora este fatigado. Luce como si hubiera gastado toda la energía que le quedaba.

—hablaremos después —Kota interrumpe el silencio. No lo veo salir, solo escucho la puerta cerrarse.

Nos quedamos a solas y por primera vez desde que despertó, lo veo. Su aura cálida y angelical se ha ido, parece haber ganado un poco de color en las mejillas. Se ve más... humano.

—¿Qué paso? —pregunto en voz baja, temiendo asustarlo con mi pregunta.

Suspira, alza la mano y acaricia un mecho de mi cabello.

—nos estaban esperando —murmura —. Banyan intento apelar por mí, cuando a él lo maldijeron quiso convencer a los demás que sus sentimientos no eran prohibidos. Pero si lo eran y los míos por ti...

Se sienta mejor en la cama, me toma de la mano y sujeta mi cabeza para no apartar sus ojos de los míos.

—te amo, aurora —dice dejándome sin aliento —. No creas, ni por un segundo que me arrepiento de sentir esto por ti.

—pero...

—no te culpes —me interrumpe —. Estamos juntos, lo estaremos para siempre. Lo único que me importa es que tú me ames y me aceptes como soy.

—y lo hago —digo —. Te amo sin importar que pase. Pero no puedo evitar sentirme culpable por lo que paso. Cuando estuviste fuera sentí la peor angustia de mi vida, no sabía si te volvería a ver.

Las lágrimas caen por mi rostro, Kam hace un esfuerzo y me abraza. Ambos permanecemos entrelazados en la cama, desahogando todo lo que hemos guardado.

Lloro en su pecho sin poder parar por un buen rato. El solo acaricia mi cabello y besa mi frente con ternura. Cuando logro detenerme y secar mis pómulos, alzo la vista.

—¿te duele? —le digo.

—no —promete —, solo me siento débil. Debo acostumbrarme a esto —asiento —¿de verdad quieres ir a esa misión suicida?

—necesito hacerlo. Por mí y por mi hermana. ella acudió a mí por ayuda.

—entonces deberé entrenar para recuperarme rápido.

—¿se fue toda tu energía angelical?

—no, eso es imposible.

—¿sabes que paso con Banyan?

—debe estar con Kalliope, es el lugar que le corresponde.

—¿Qué lugar te corresponde a ti?

Elegida de los cielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora