Capítulo 11

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Aurora

Esta vez cuando despierto, es en calma. Mérida me impide levantarme apenas ve que abro los ojos. Pasa su mano por mi columna y al ver satisfecha que he sanado correctamente suspira de orgullo y me ayuda ponerme de pie.

Comemos rápidamente y nos adentramos en el bosque otra vez. Kota nos guía en medio de la noche sosteniendo una antorcha, parece mas atento que antes a su alrededor. Kamel camina a mi lado de nuevo para evitar que tenga alguna caída o lesión leve. Según Mérida aun no estoy completamente lista para algo tan fuerte.

Es casi media noche cuando vemos, al fin, el fin del bosque. El desierto parece algo inhóspito, frio e infinito. Me detengo junto a un árbol que forma la linde del bosque.

—¿le tienes miedo? —me pregunta Paris con una mueca burlona. Hago una mueca.

—siento que debería quedarme aquí —murmuro

—es normal —dice Gabriel pasando junto a nosotras —, este bosque es hipnótico, te atrapa y ya no puedes salir

—yo te veo muy normal —le digo enarcando una ceja. Él sonríe

—es porque tengo experiencia —se encoge de hombros. Kam me toma la mano incitándome a continuar caminando.

—¿ya has estado aquí? —le pregunto a Gabriel.

—claro —me mira —, pero solo fue una vez y no estuvo tan emocionante. ¡viste esa bestia! Seguro tu hermano sabe cómo se llama.

—es un canopik —dice Dante unos pasos mas adelante. Parece estar atento a nuestra conversación —. Lo enseñan en la escuela a los niños para asustarlos por las noches —suspira —. Ojalá hubiera traído algo de papel y lápiz, podría escribir un libro sobre esta aventura.

Mérida le acaricia el hombro en señal de amistad y comprensión. Había olvidado que mi hermano es un fanático de los libros y el estudio. El conoce muchas cosas, cosas que yo no sé.

De repente, Kota se detiene y hace una señal a Calix para que vaya a investigar más adelante. Señala a Dina el oeste y llama a Gabriel señalándole el este.

—busquen cualquier indicio —dice. Los tres asienten y corren hacia donde se les ha ordenado —. El resto esté atento.

Paris se pone junto a mi y Kam intentando escapar de su prometido. Luc ha estado nervioso e inquieto desde que la bestia nos atacó, busca constantemente a mi amiga para refugiarse con ella. Sin embargo, la ninfa nunca ha sido cariñosa, Mérida parece cumplir mejor la función de "hombro para llorar"

Vemos a los enviados desaparecer detrás de las dunas cercanas, nos hemos detenido en medio de varios cerros de arena, protegiéndonos de la vista de algún enemigo.

Nos quedamos en silencio, esperando alguna señal de alarma. Kam se queda a mi lado sosteniendo mi mano y observando a su alrededor. París es la única que parece tranquila.

Luego de varios minutos Dina aparece en la cima de una duna haciendo señales a Kota. Gabriel y Calix vuelven en ese momento con el grupo.

—nada por allí —informa Gabriel. Calix niega con la cabeza.

—Dina ha encontrado algo —dice Kota —. Iré a ver, ustedes quédense a cuidar al grupo.

Se va mientras la tensión en el grupo se disipa.

—¿ya hemos llegado? —pregunta Mérida a su hermano

—sí, Meri, estaremos en la ciudad de oro muy pronto al parecer.

Elegida de los cielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora