Dos almas encontradas ( SasuHina)

Capítulo 4

Habían pasado un mes y un par de días, por lo que ya se veía a un azabache traspasar las puertas de la villa. Este fue directamente a la torre a entregar su informe, había echado de menos su casa y aunque no lo admitiese también a su esposa.

Fue directo a su casa, la puerta tenía la llave echada, lo que simbolizaba que la señora Uchiha no se encontraba. Al entrar no vio ninguna nota, lo que significaba que no se había ido de misión, la casa estaba limpia y había víveres recientes. Se dio una ducha, la mejor en mucho tiempo lo que significaba que ya estaba en casa. Cuando llegó al salón-cocina vio al dobe sentado en el sillón.

-¿Qué haces en mi casa?- Preguntó seco mientras que se cruzaba de brazos y lo miraba.

-Hina-chan y yo nos hemos enterado de que has venido y me ha dicho que venga a por ti 'tebbayo – esbozó su enorme sonrisa que mostraba todos sus diente y vio el gesto de fastidio que puso su compañero. Sacó un trozo de venda y la extendió -. Póntelo.

-Estás borracho si crees que me voy a poner eso. Vamos ya al maldito sitio – empezó a caminar para salir de la casa-.

Lo desquiciaba la charla que tenía con él, era más bien un monólogo en el que le decía todo lo que había hecho durante su ausencia. Casi que no le prestaba atención en ningún momento, le hablaba de ramen, de estúpidas misiones, de Sakura..., pero al escuchar el comentario que hizo le prestó atención y se enfureció.

-No sabes la suerte que tienes con Hina-chan 'tebbayo, ella es muy dulce y cariñosa. Tiene paciencia hasta con un bobo como yo, lo ha demostrado las últimas dos semanas– aquello enfureció a Sasuke, como se atrevía ella a traicionarle de aquella manera-.

-Tsk -su monosílabo estrella, ese solo lo decía si estaba realmente molesto-.

-Se nota que empiezan a llevarse mejor y que te aprecia 'tebbayo.

-A veces pareces ciego dobe-contestó mordaz a las insinuaciones de su rubio amigo, tenía cara de no entender nada-. Parece que el único que no se ha dado cuenta de que ella te ama eres tú.

Naruto miró hacía el frente durante unos segundos mientras caminaban.

-Lo se desde hace seis años, bueno en ese momento se me olvidó, pero luego lo recordé y creí que ya no era el tiempo de hablar de eso. Fue pasando el tiempo y seguía sin poder decirle que lo sabía. Yo solo la veo como una amiga 'tebbayo, siempre se portó tan bien conmigo y no quería romperle el corazón.

-Y era mejor dejar que siguiese sintiendo eso, si que eres dobe – contestó secamente, estaba muy cabreado por aquella actitud del rubio-.

Cuando volvió su vista al frente se encontraban en el distrito Uchiha, la puerta de esté parecía nueva con el abanicó bien definido, todo fuera del muro estaba arreglado y se veía muy bien. Ambos muchachos traspasaron la puerta, cuando Sasuke miró a su alrededor todo era césped, adoquines nuevos y postes de luz. Cuando barrió el terreno con la mirada, solo se podía ver una casa al fondo, las otras casas medio derruidas ya no estaba. Podía ver como en los muros cada tres metros había un abanico pintado, los adoquines delineaban las parcelas en las que antes había casas o comercios, seguían los antiguos arboles que adornaban las calles del distrito cuando él era un niño. No podía salir de su asombro aunque en su rostro no se reflejaba absolutamente nada.

Comenzó a recorrer los adoquines hasta la única casa de todo el distrito, a unos metros de distancia se podía ver a una mujer en el jardín delantero.