Capítulo 26

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Importante leer al final

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Un par de semanas habían pasado. Nozomi se pasaba el día practicando con la diana o en su cuarto. Ese fin de semana había pedido a Sasuke que la llevase a casa de sus padres para poder verlos, por lo que la llevó y la recogería el lunes por la mañana. Hinata había empezado a tener nauseas con los olores fuertes, sabía que eso era bastante normal algunas veces. Hinata lo pasaba mal, pero Sasuke también al verla así. Prácticamente ella no podía acercarse ni a la cocina, porque en cuanto percibía un olor que no era de su agrado expulsaba toda la cantidad de su estómago. Por lo tanto Sasuke era el que cocinaba y procuraba no hacer comidas con olores fuertes.

Sasuke llevaba un par de días en los que no se sentía bien del estómago, apenas comía si quiera. Hinata había insistido en que fuesen a ver a Tsunade para que viera a Sasuke y para que dejase de insistirle había aceptado. Por esa misma razón ahora se encontraban en la calle que daba al hospital a unos metros de él. Cuando entraron, dijeron a la recepcionista que querían ver a Tsunade, que no les importaba esperar. La chica les dijo que estaba terminando una intervención y que la esperasen en la sala de espera.

Caminaron de manera pausada hacía la sala de espera. Solo había un sitio por lo que la azabache se sentó y Sasuke se quedó a su lado. Había mucha gente y todos cuchicheaban sobre él, diciendo lo dominada que la tenía y que ella acataba las ordenes sin el siquiera formularlas. Otras decían que él la había puesto bajo un genjutsu y que la tenía esclavizada o que la utilizaba para la descendencia. Miró a Hinata que estaba con la cabeza alta mirando hacía la pared de enfrente como si ahí hubiese algo de lo más interesante. Estaba claro que si él podía escucharlo, ella también podía.

Enseguida una enfermera los llamó diciendo que Tsunade los atendería enseguida y que entrasen en la consulta. El Uchiha ayudó a Hinata a levantarse y caminaron a paso lento hacia el despacho, hasta que entraron y se sentaron en las sillas que había delante del escritorio. Antes de que si quiera pudiesen moverse Tsunade entró y caminó hasta su sitio al otro lado de la mesa.

-¿Qué sucede? – Preguntó Tsunade con voz cansada.

-Me paso el día vomitando -dijo Sasuke en tono avinagrado, haciendo que la rubia lo mirase con ira-.

Tsunade le hizo un gesto para que fuese hacía la camilla. La rubia se dio cuenta de que Hinata tenía la boca tapada con la mano y eso solo significaba una cosa, sacó una bolsa del cajón, la cual contenía galletitas saladas y se las entregó.

-Eso calmará tu estómago.

Hinata con bastante timidez cogió la galletita de la bolsa y comenzó a mordisquearla en cuanto la acercó a sus labios. Mientras Tsunade revisaba a Sasuke, el cual parecía estar bien.

-Te mandaré pastillas para las náuseas – contestó mientras se sentaba para hacer la receta-.

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Después de salir del hospital habían ido a comprar el medicamento y las galletitas saladas, por suerte ya estaban de vuelta en casa. Ambos estaban muy cansados. Caminaron por el pasillo hasta la habitación, para poder ponerse algo más cómodo para estar en casa. Hinata se quitó la parte superior de la ropa interior y pudo respirar satisfecha.

Su marido estaba aún sentado en el filo de la cama, mirando sus manos. Hinata caminó hacía él preocupada. Cuando estuvo enfrente lo hizo alzar el rostro y gruesas lágrimas caían de sus ojos. Esta era la Tercera vez que veía llorar a Sasuke, la primera había sido cuando se enteró de que sería padre y la segunda cuando había sabido el sexo de los pequeños. Sasuke la abrazó apoyando la cabeza en el abultado vientre de su esposa, mientras continuaba llorando. Hinata no sabía que hacer porque era la primera vez que lo veía llorar sin motivo alguno.

Dos almas encontradas ( SasuHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora