Capitulo 7

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Hinata no se esperaba que al llegar al cuarto después de la ducha se iba a encontrar a su esposo sentado en la cama esperándola, sabía que era el momento de explicarle lo que había pasado para que acabase así. Veía en sus negros ojos la pregunta no formulada. Comenzó a contarle todo lo que había pasado sin que el le preguntase, mientras lo relataba podía ver como en los ojos de Sasuke aparecía el Sharingan con su vivo color rojo. Cuando le contó literalmente lo que le dijo al final, su corazón se llenó de orgullo por lo que su esposa había dicho a su padre y de que literalmente se sintiese orgullosa de ser una Uchiha.

-Sasuke-kun no te preocupes por todo esto – dijo señalando los golpes de manera generalizada-, yo me siento muy bien de haberlos recibido – esbozó esa sonrisa que tanto le gustaba al Uchiha-.

Se acostaron cada uno en su lado de la cama, el día que venía seria duro porque Sasuke no quería irse e Hinata no quería despedirse de él. La azabache sabía que él volvería como hacía siempre, de verdad que quería a ese hombre, pero sabía que su padre había tenido razón ella jamás despertaría en él el más mínimo interés en su persona. Doloroso, pero cierto.

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Aquella mañana el Uchiha despertó primero, su mochila ya estaba preparada así que fue a darse un baño antes de irse. Estarían un par de semanas lejos de casa, seguramente cuando volviese los invitados que tenía en casa ya tendrían la suya casi terminada. Se dio una buena ducha de agua caliente y se vistió antes de salir con la ropa de las misiones. Cuando volvió para coger su bandana Hinata ya no estaba en la cama, cogió lo que buscaba y bajó a por su mochila. La azabache estaba en la cocina preparando algo.

El Uchiha comprobó por última vez si lo llevaba todo antes de salir de casa, pero antes de salir del distrito fue interceptado por la oji-luna. Quería acompañarlo a la puerta de la villa, llevaba lo que parecía un bento envuelto en una tela Uchiha. Como iban con suficiente tiempo, caminaban tranquilos observando como las calles empezaban a llenarse de gente. Aunque Sasuke no parecía darse cuenta, Hinata podía escuchar los cuchicheos de la gente hacia ellos. Y lo que decían era bastante malo, pero aún así ella iba con la cabeza alta y con mucho orgullo.

Llegaron a la puerta unos minutos antes de que diese la hora acordada. Sasuke se fijo en ella, había tapado el hematoma de la mejilla con maquillaje y llevaba un pañuelo al cuello. Maldijo al maldito viejo Hyuga por hacerle eso a su esposa, ¿qué maldito derecho tenía él a maltratarla de esa manera?

-Volveré en dos semanas, si llego antes te mandaré un halcón para avisarte – dijo seco mientras la miraba a los ojos cuando ella se dio la vuelta para mirarlo, simplemente asintió con una gran sonrisa-.

-Te he preparado comida para el viaje. En la parte de arriba del bento hay tortilla de verduras con mucho tomate, como te gusta; y un poco de arroz, es preferible que te lo comas hoy. La parte de abajo esta llena de esos Oniguiris que tanto te gustan – se lo entregó y él lo cogió guardándolo en la mochila-.

Sakura llego con Naruto, aunque estaba embarazada ella solo iría como apoyo médico y no para luchar. Esperaban a su compañero por lo que la despedida con Hinata fue un toque de dedos en la frente. La Uchiha se quedó allí hasta que el equipo desapareció del camino.

Caminó hacia el mercado, volviendo a escuchar los cotilleos de la gente hacia ella mientras compraba en las distintas tiendas. Se encontró con Juugo a mitad de la compra y se ofreció a llevar todas las bolsas. Fue a comprar algo de carne y algunos ingredientes para ramen.

Dos almas encontradas ( SasuHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora