Capítulo 15

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Positivo.

Positivo. Eso era lo que figuraba en el test, ella se había quedado muy sorprendida, tanto que ni siquiera se había vuelto hacía su rubia amiga para decirle el resultado. Una sonrisa se formó en el rostro de Hinata. Ino miró por encima del hombro de la azabache y en su rostro también se formó una sonrisa.

-Parece que tu Sasuke-kun ya no será el último Uchiha- dijo ella sonriendo, Hinata la miró algo confundida-. Sanguíneamente hablando, quiero decir- ambas rieron felices-. Parece que tu esperado milagro a ocurrido Hina-chan.

-Si parece que si- dijo con la voz llena de esperanza-.

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Ino y Sai la acompañaron a casa con el incentivo de un buen bote de las galletas favoritas de la rubia. Después de la cena ella se sentó en el sofá, mientras Juugo fregaba; ya que el había insistido en hacerlo. Estaba encogida, con las piernas tapadas y con una buena taza de té caliente mientras veía las fotos de su familia, de la de él y su foto matrimonial. Había una nueva y era una que se habían echado en la boda de Ino con los recién casados y Mirai.

Quizás pronto hubiese una foto de la primera ecografía, que posteriormente sustituirían por la foto de cuando llegase al mundo. Ahí estaba la cuestión lo primero era decírselo a Sasuke, ¿y si se lo tomaba a mal y le chillaba? o peor ¿y si la obligaba a deshacerse de él? Ella no sabía los motivos por los que no quería tener hijos y eso realmente la asustaba, ¿y si de verdad no la creía suficiente? De todas formas aquel domingo tendría que decírselo, pero no quería decírselo porque podría distraerlo de su misión.

Juugo le hizo compañía durante unos minutos antes de que ambos decidiesen irse a la cama. Al estar en su habitación se puso su pijama, que consistía en un short de licra negro y una de las camisetas de manga corta de Sasuke. Se acostó y abrazó la almohada de él, a la cual le había puesto una camiseta, algo que le pareció muy enfermo; pero no podía dormir sin eso.

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El tan esperado domingo estaba por llegar. Solo faltaban unos minutos, se sentía ansiosa y a la vez presentía que algo iba mal, pero no sabía el que. Esperó una hora mas sentada, no podía mas con sus nervios así que se puso a andar de un lado a otro del salón.

No podía hacer ruido porque Mirai estaba en la habitación durmiendo y no quería despertarla. Los minutos de espera se le estaban haciendo horas, pero debía mantenerse calmada por su bebé. Daba gracias por haber hecho onigiris de atún como para veinte personas, porque sino no iba a haber para cuando Sasuke llegase. La azabache con los nervios se había comido por lo menos cinco, pero eso no conseguía calmarla; si conseguía calmar su antojo, pero no a ella.

Las cinco de la mañana llegaron y aún no había rastro de su esposo, se había tenido que volver a sentar para calmarse. Tapó sus piernas mientras se acomodaba en aquel sillón individual. El sueño pronto le venció, había estado retrasándolo demasiado por lo que inevitablemente cedió a su tan esperado sueño.

En su inconsciencia sintió como le acariciaban delicadamente la mejilla, de lo más profundo de su garganta salió un pequeño gruñido, pero parecía que la persona que provocaba esa caricia no se enteraba que ella quería seguir dormida. Apretó los parpados para después abrirlos un poco, veía algo borroso así que no podía identificar bien a la persona. Cerró y abrió los ojos, para darse cuenta de que el causante de esas caricias era Sasuke y que ya parecía que estaba amaneciendo.

Dos almas encontradas ( SasuHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora