Capítulo 4.

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Escuché cómo alguien tocaba a la puerta y apliqué rápidamente la sombra de ojos para dar el toque final a mi maquillaje. Me había pasado las dos últimas horas siendo un mar de completa incertidumbre acerca de lo que ponerme y sobre cómo comportarme, no todos los días te llevaban al restaurante más prestigioso de París para una cena de equipo. Opté finalmente, y gracias a la desinteresada colaboración de Justin que había observado tirado en la cama cómo perdía los papeles a causa de mi indecisión por ponerme un mini vestido de encaje. Recordé a Lily nada más ponérmelo, lo que daría porque estuviese conmigo, seguramente en París, la ciudad de la moda, se volvería completamente loca.

El vestido tenía un escote demasiado grande para mi gusto, así que lo disimulé con un bonito y ancho collar dorado.

- ¿Estáis listos ya? Está todo el mundo abajo. - Logré distinguir la voz de Alfredo un poco más alejada.

- Sí, yo ya estoy, creo que Brooks está terminando. - Escuché a Justin responderle.

- ¡Ya estoy, un segundo! - Grité y me recogí el pelo con las manos probando a ver cómo quedaba. Torcí mis labios en una mueca de disgusto y lo volví a soltar sobre mis hombros, aunque tampoco me convenció.

- ¡_____!

Suspiré exasperada y agarré mi pequeño bolso de mano saliendo del baño y encontrándome a Justin ocupando todo el espejo de cuerpo entero. Me aproximé a él dispuesta a arrebatarle unos centímetros de reflejo y sonreí al darme cuenta de que le sacaba algo de altura debido a los tacones increíblemente altos que me había colocado y de los que seguramente me arrepentiría.

- ¿Estoy bien? - Me preguntó dando una vuelta sobre sí mismo.

Le miré de arriba a abajo frunciendo el ceño y mordiendo mi labio inferior, él rió.

Llevaba una de sus camisetas ''de oro'' como yo solía llamarlas, valoradas en más de mil dólares, cada vez que me llevaba de compras con él los ojos se me salían de las órbitas al echar un vistazo a los precios, hasta los pañuelos los cuales no solía llevar demasiado tenían un precio fuera de lo normal. 

Conjuntaba la camiseta con un pantalón de cuero negro y muy bajo y unas zapatillas.

Lo que verdaderamente llamó mi atención fue el sombrero beige que llevaba sobre su cabeza dejando a la vista su flequillo y que desentonaba por completo con el resto de su atuendo.

Sin pensármelo demasiado le quité el sombrero y le despeiné ligeramente su flequillo engominado.

- Mucho mejor, no te pega demasiado, además es de noche, no tiene sentido que lleves un sombrero.- Le dije con aire crítico reprimiendo una leve risa.

- Pero es de adorno.

- ¿Ahora eres un árbol de Navidad? - bromeé y miré el sombrero más de cerca. - Póntelo mañana, es muy bonito.

Él asintió satisfecho y me robó un fugaz beso en los labios haciendo una seña con la cabeza para que saliéramos.

Fuera nos esperaban Alfredo y Ryan que al vernos aparecer me hicieron sonrojar a base de halagos acerca de cómo me quedaba el vestido, hasta que Justin decidió marcar su territorio, claro está.

Todos nos dirigimos hacia la habitación de Nora y Alfredo entró a buscarla. Ambos habían empezado a salir desde hacía unas semanas y hacían una de las parejas más adorables que jamás hubiera visto. No podía evitar sentir una punzada de envidia a veces al ver que ellos podían salir tranquilamente a explorar la ciudad cogidos de la mano sin recibir la atención de todo el mundo. Finalmente pasamos a recoger a Ariana y Frankie y ella se había puesto el vestido de Gucci que habíamos comprado aquella misma tarde, yo al final me mantuve firme en cuanto a no dejar que me pagara las compras, ni mucho menos iba a permitir que me hicieran cambiar de opinión acerca de mis principios, tanto ella como Justin, compraría las cosas con mi propio dinero como siempre.

Inalcanzable {2ª temporada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora