Capítulo 5.

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Y de pronto, cuando menos te lo esperas, te das la vuelta y ves que todo lo que tanto te había costado construir se va haciendo pedazos lentamente justo delante de ti. 

Estoy hablando de esa misma persona que se aleja siendo la última a la que creías capaz, o incluso que jugase con tu confianza de esa manera, hablo del ‘’yo creía que le importaba’’.

Me hace gracia el hecho de que sea tan difícil de explicar cómo vas acercándote cada vez más a alguien, los buenos momentos simplemente ocurren, es una conexión no planificada cuya belleza reside en eso mismo, llega sólo, y te asombra. Cuando quieres darte cuenta has hecho hueco en tu vida para una razón más por la que sonreír. Pocas personas saben explicar cómo fue regalándole su confianza cada vez en mayor medida a su mejor amigo, es casi imposible poder expresar con palabras todo lo que ocurre en tu interior cuando comienzas a enamorarte poco a poco, es como querer darle forma al aire. 

Piensas que por fin comienzas a ir en el mismo sentido que el resto del mundo, las cosas salen justo como deseabas y hasta te cuesta creer que todo vaya tan bien de pronto, aunque realmente te lo merezcas. Por fin logras respirar con tranquilidad y cuando te descuidas un segundo vuelves la vista hacia donde anteriormente todo estaba a tu favor y te encuentras con que ha comenzado a derrumbarse antes de que pudieras darte cuenta, a tus espaldas. 

Ese maldito dolor es tan fácil de describir, puedes expresarlo hasta con acciones. Te sientes la persona más estúpida sobre la faz de la tierra y sólo te apetece encerrarte en tu burbuja y no volver a dejar que nadie vuelva a traspasarla nunca más.

Amaba pensar que le importaba, y ahora odio que me importe tanto.

Es jodido cuando alguien al que no le importas en absoluto se convierte en el núcleo de todos tus sentidos, estoy hablando de ese dichoso pensamiento que se pasa jodiéndote día y noche, ese que te hace releer el mismo párrafo de un libro unas quinientas veces antes de poder entenderlo, ese que supuestamente en su día era correspondido.

Nadie puede evitar torturarse a sí mismo después de una dura ruptura, incluso después de una pelea con algún ser querido, no sé si a vosotros pero a mí me hace pedazos mi propia conciencia tan sólo por pensar que esa persona pueda llegar a creer que no ha significado nada para mí, por eso detesto tanto los ‘’yo creía que le importaba’’, siempre se formulan acompañados por un leve suspiro de esperanza porque vuelva.

Leí una vez que mi amigo Aristocles, también llamado Platón… sí, ese que está en los deseos de todo alumno previo a las pruebas de acceso a la universidad, el caso es que ese gran filósofo dijo una vez que los hombres no son malos por naturaleza, y que cuando una persona hace daño a otra y es el causante de sus lágrimas es porque ve una pizca de bondad en sus acciones. Una mera confusión, decía él.

Somos estúpidos, y eso es un hecho. No podemos evitar abrir nuestro corazón al mundo, es algo que ocurre como nuestro propio pestañeo, necesitamos saber que no estamos solos y existen más personas a nuestro alrededor dispuestas a sostener el mundo a nuestro lado. El mundo está lleno de gente, a cada cual más diferente, pero es eso lo que lo hace interesante.

No sabríamos lo que es el verdadero amor sin haber experimentado el desamor con anterioridad, no tendríamos ni idea de lo que se siente al ser feliz sin que nadie antes haya tratado de hacerte sentir lo contrario. Puede que mi amigo Platón no estuviese tan equivocado después de todo. Recuerdo que hace algunos años saqué una nota pésima en un examen, fue tal la decepción que tuve que salir de clase para poder llorar sin que nadie me viese, recuerdo que una profesora me encontró y sus palabras quedaron grabadas a fuego en mi mente.

‘’Hay demasiadas cosas en esta vida para llorar como para derrochar tus lágrimas por un examen’’

Y cuánta razón tenía.

Inalcanzable {2ª temporada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora