·Narra Justin·
Alcé la barbilla para que Khalil pudiera apretarme la corbata sin estorbos y fruncí el ceño cuando terminó. Analicé detenidamente mi reflejo en el espejo de cuerpo entero, era un traje bastante caro y único, hecho a medida por uno de los diseñadores franceses más famosos. Suspiré agarrando los bordes de la chaqueta y me fijé entonces en los relucientes zapatos italianos que habían pedido para la ocasión.
-Te sienta bien, pensé que nunca te vería vestir elegante. - Bromeó él.
-Estoy deseando salir de él y no llevo ni diez minutos vistiéndolo. - Confesé.
Por mucho que las chicas dijeran lo bien que me sentaban los trajes, evitaba cualquier situación donde hicieran falta.
Salí de la habitación ajustando mi Rolex dorado a mi muñeca con Khalil escoltándome por detrás y recorrimos el pasillo de la planta de hotel que había alquilado mi equipo, Scooter nos esperaba desde hacía un buen rato junto al ascensor y no me sorprendí demasiado al ver a Yael con un vestido de noche junto a él. La saludé con un movimiento de cabeza y una sonrisa que ella me devolvió.
-¿Qué pasa? - Saludé a mi manager.
-¿Ryan no viene? - Fue lo único que preguntó al ver a Khalil.
-No quiere salir de su habitación, es mejor dejarle.
Él asintió comprendiendo y todos nos metimos en el ascensor dispuestos a bajar a la recepción, nada más llegar, Scooter y Yael fueron a preguntar por los coches que nos llevarían a la gala benéfica y tras unos minutos de espera que pasé luchando contra el nudo de mi corbata para tratar de que no apretara pero continuara quedando bien, las puertas del ascensor se abrieron y supe que mi cara en aquellos momentos era la de un completo gilipollas.
No podía dejar de mirarla, salió con ayuda de una mujer alta y rubia que le sostenía el final de un precioso vestido negro, cuyo escote de pico le daba un aspecto tremendamente sexy pero elegante al mismo tiempo, estaba preciosa.
Mi expresión no cambió ni para disimular cuando ella se acercó a mí con una sonrisa tímida, vi que movía los labios pero no entendí nada de lo que decía.
-¿Justin? - Pronunció mi nombre chasqueando sus dedos muy cerca de mis ojos.
-¿Qué?
Pestañeé como casi salido de un trance y escuché las risas de Khalil a mis espaldas, aunque no me importó al toparme de lleno con su sonrisa.
-Estás muy guapo. - Murmuró ella aflojándome un poco la corbata y colocándola, pude ser testigo de su sonrisa en primer plano cuando acarició mi intento de barba y bigote. - Pareces mayor.
-Tú estás… increíble. - Pude decir finalmente, me aplaudí a mí mismo interiormente.
-¿En serio? El vestido lo elegí yo. - Me aseguró ampliando su sonrisa notablemente y alejándose un poco para que pudiera admirarla. - Y es muy cómodo, lo guardaré y me lo podré más veces, me encanta.
-Ni pensarlo. -Nos interrumpió la chica rubia que acompañaba a ____, ni me había dado cuenta de que seguía allí. - Para ganarte una buena reputación en moda, la primera regla es no repetir nunca un vestido de noche.
La verdad es que no terminaba de imaginarme a Brooks siguiendo al pie de la letra las reglas de moda de una estilista profesional, reprimí las ganas de echarme a reír cuando mi chica puso los ojos en blanco.
Poco después nos avisó Scooter para que saliéramos y nos pusimos en marcha enseguida, ______ como siempre miraba nerviosa a través de los cristales tintados del coche, y sentí que me lo agradecía cuando apreté su mano justo antes de que nos abrieran la puerta desde fuera. Como de costumbre los flashes se volvieron locos al vernos salir, y dejé que ella se cogiera a mi brazo mientras caminábamos con lentitud sobre la alfombra roja, paseando entre las decenas de personas que pronunciaban nuestros nombres a gritos para que, con un poco de suerte lograran conseguir una foto de frente.