Capítulo 15.

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Capítulo 15

Pelo castaño claro perfectamente peinado.

Media sonrisa, capaz de derretir hasta el más grande iceberg.

Pequeñas arrugas en la frente, casi tan adorables como el diminuto vello sobre su labio superior.

Mandíbula bien definida.

Nunca me cansaría de mirarle, y por el tiempo que podíamos pasar sin quitarnos la mirada el uno del otro intuyo que él tampoco, lo cual a veces podía resultar un poco espeluznante para los que nos vieran desde el exterior de nuestra burbuja, aunque una vez dentro, nos olvidábamos por completo de ellos.

—¿Juntos? —sonrió.

—Juntos —respondí completamente convencida, apretando nuestras manos entrelazadas.

Por primera vez no me tembló el pulso cuando atravesamos las puertas rodeados por guardaespaldas. Los gritos eran ensordecedores pero había una especie de escudo que hacía que sus palabras hirientes no llegaran hasta lo más profundo de mí, era él, cómo me miraba, cómo se abría a mí, aquella sonrisa reservada sólo para mí. Mi corazón en aquel mismo instante no latía por nadie más que por él.

Algo me desconcertó, una voz se filtró a través de mi escudo, no llegó a doler del todo, pero hizo que dejara de caminar sobre aquella nube y me diera de bruces contra la tierra. Otra voz se le sumó, y aparté la mirada de Justin para darme cuenta, aterrorizada, de que varios paparazzi se colaban de entre los guardaespaldas teniendo acceso directo hacia a mí. Me zarandearon, recibía empujones que cada vez se volvían más y más violentos.

Asustada, quise agarrar más fuerte la mano de Justin, pero ya no me sostenía. Le busqué y le vi apenas el rostro algo más lejos, entre la masa de paparazzi.

—¡Justin! —chillé muerta de miedo intentando abrirme hueco para ir hacia él.

Mientras más esfuerzo ponía, más me alejaba, me empujaban, gritando en mi oído, también él recibía el mismo trato, pero su rostro era completamente inexpresivo e impasible, y no sé por qué me provocaba tantísima tristeza.

—Dejadme en paz —supliqué al borde de las lágrimas sin apartar la mirada de aquella inmensidad miel que ahora resultaba tan vacía —sólo quiero estar con él —sollocé.

Por fin, Justin reaccionó, aunque no como yo esperaba. 

Negó lentamente con la cabeza, y aunque casi lo susurró, pude escucharle como si estuviese en el interior de mi cabeza.

—Es mejor así.

Fue como si en lo más profundo de mi ser, algo se resquebrajase creando una brecha increíblemente profunda.

Entonces él desapareció de mi vista. 

Presa del pánico, al verme completamente sola en mitad de aquella pesadilla, miré hacia todas partes en busca de algún guardaespaldas, cuando de pronto me topé con unos ojos más fríos que el hielo, y en mi cabeza retumbaron mis propios latidos desbocados. Mi pecho subía y bajaba más rápido de lo normal, joder, estaba hiperventilando, y lo peor era que su simple presencia me paralizaba.

Los empujones habían cesado sin que apenas me diera tiempo a percatarme de ello, tan sólo se escuchaba mi terror en forma de respiración agitada. Él curvó sus labios y contuve el aire al presenciarlo.

—Fue delicioso verla morir.

—¡Brooks, despierta!

Inalcanzable {2ª temporada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora