- Exactamente, ¿qué eres?
Su pregunta me sorprendió, y bastante.
- ¿Eh? ¿A qué... te refieres?- ladeé la cabeza hacia un lado, confusa.
Él y el gato se miraron. La negra cola del gato se movía haciendo un hermoso baile en el aire mientras que sus profundos ojos amarillos hacían contacto con los de Urahara.
Era extraño. Aquella escena era extraña. Parecía una conspiración entre un tipo cómico y su gato.
En mi mente, la pregunta que el hombre había formulado no paraba de repetirse.
¿Qué soy?
Justo cuando estaba a punto de sumirme en mis pensamientos, Urahara habló.
- ¿Me dejarías... probar algo?
Él y el gato me miraban buscando una respuesta de su agrado.
Asentí levemente, en señal de aceptación.
Entonces, el hombre cogió su bastón y le dio la vuelta. Hizo un gesto, como un intento de golpearme con el bastón en la frente, pero se detuvo cuando el gato saltó delante mía.
Puede parecer raro, pero creo que el gato negó con la cabeza. Quizás fuera un gato amaestrado o enseñado para hacer ciertos trucos o quizás era un gato muy listo.
Urahara volvió a poner su bastón lentamente en el suelo mientras miraba al gato a los ojos.
Unos segundos más tarde, trató de recobrar la compostura.
-¡Bueno, bueno! Para otra vez será, ¿sí? Primero tenemos que asegurar un par de cosillas. ¿Esperarías unos minutillos a que venga alguien?
- S-sí...
Demasiadas cosas extrañas pasaban. Esperaba explicaciones, y buenas.
- Pues acompáñame adentro -hizo un gesto con la mano en señal de que entrase -. Allí puedes esperar - entré en la misteriosa tienda.
Quise dirigirme hacia la habitación que me había indicado, pero me pasé.
- No,no, es por... -me paró con su mano, y entonces pareció sorprenderse de algo. Era una expresión parecida a la que tenía aquel chico de pelo blanco con el que me había chocado, pero menos exagerada. - aquí...
Intenté ignorarlo y entré a la sala que me indicó. Fue, según me dijo, a llamar a alguien que conocía.
Pasaron unos cuantos minutos, alrededor de 15, cuando dos personas llegaron a la tienda; el tal Kurosaki y la chica morena que vi aquel día cuando sucedió aquel incidente.
El hombre de las sandalias habló.
- ¡Ora, ora! ¿Qué te trae por aquí, Ichigo-kun? - agitó su abanico alegremente delante de su cara.
- Tú fuiste el que nos llamaste.
- ¡Ohhh! Cierto, cierto. Necesito una ayudita con algo. Ven, pasa pasa.
La chica de pelo negro que venía con el chico de pelo naranja se percató de mi presencia mientras hablaban, pero no pareció darle mucha importancia.
Los guió hasta donde estaba yo. Me levanté e hice una reverencia, en señal de respeto. El chico de pelo naranja, quién no se había dado cuenta hasta ahora de que estaba allí, me habló.
- Al final viniste, ¿eh?
- Sí, sobre eso... - respondió Urahara antes de que me diera tiempo a reaccionar. - necesito vuestra ayuda con algo. Bueno, más bien quiero que veáis algo.
Todos los presentes hicimos una expresión de desconcierto.
- Primero, vamos a bajar.
Urahara nos guió hasta una especie de trampilla a un sótano tras decir eso.
Un sótano, o eso creía yo. Había unas largas escaleras que descendían hacia algún lugar. Fui la primera en ir, y me sorprendí bastante cuando observé el paisaje. Debajo de la tienda había una enorme extensión de terreno vacía y espaciosa, con varias rocas y lo que parecía ser una especie de lago a lo lejos. Terminé de bajar y empecé a observarlo todo con más detenimiento, dando vueltas sobre mí misma.
Bajaron los demás, incluido el gato. Nadie parecía estar sorprendido de lo que había allí abajo, por lo que supuse que ya habían venido varias veces.
Urahara comenzó a explicar algo, algo que yo no entendía muy bien.
- Voy a golpearte con esto en la cabeza, ¿Vale? No te alarmes sea lo que sea que veas. -señaló la punta de su bastón. La chica morena y el chico de pelo naranja miraban ansiosos, como si esperasen ver algo grande.
El hombre me dio un pequeño golpecito en la frente con el bastón. Después, me invadió una sensación un tanto inexplicable. Sentía como si ascendiera a algún lugar, como si estuviera en una nube, como si hubiera muerto, como si me hubieran arrebatado algo,... Eran un conjunto de muchas sensaciones difíciles de manejar.
Miré al hombre, confusa. ¿Acaso había pasado algo? ¿Qué me había hecho? ¿Qué eran todas aquellas emociones?
Algo había pasado. Cuando me di cuenta, los dos invitados me miraban perplejos. Me miré a mi misma para saber qué andaba mal. Me sorprendí, y no poco, al mirarme y darme cuenta de que iba vestida de negro. ¿En qué momento me había cambiado de ropa? ¿Era un truco de magia o algo parecido?
Los miré de vuelta con la misma cara de perplejidad, y luego, desvié mi mirada a Urahara, a quien todo esto no parecía afectarle en lo más mínimo. El gato estaba sentado en una roca observando toda la escena, como si de una película se tratase.
- ¿Qué... es esto? - me atreví a ser la primera persona en articular palabra.
- Eso, querida, son tus poderes de shinigami. - respondió Urahara, aireoso, como si lo que hubiera dicho no tuviera importancia. Me seguí mirando la vestimenta. Me sentía ligera, más ligera que de costumbre.
La chica morena fue la siguiente en hablar.
- Significa esto... ¿que tiene sangre shinigami?
Urahara abrió su abanico y comenzó a moverlo delante de su cara.
- No los he llamado sólo para eso, amigos. Hay algo más.
Todos se extrañaron con esas palabras. Entonces, Urahara siguió hablando.
- Se supone que cuando un shinigami sale de su cuerpo humano, este queda vacío, ya que su alma ya no está. Al menos, no hasta que vuelva a su cuerpo.
La chica morena y el chico de pelo naranja asintieron. Urahara continuó.
- Un buen ejemplo sois vosotros dos, que mientras abandonáis vuestro cuerpo necesitáis de mis píldoras para llenarlos. No obstante, aquí llega el momento en el que mis sospechas se hacen realidad y os puedo mostrar el motivo de vuestra llamada. Si acabo de sacar el alma de esta chica con poder espiritual... ¿Por qué su cuerpo sigue moviéndose?
Todos miramos hacia mí otro yo. Ni siquiera me había percatado de que me podía ver a mi misma. Sin embargo, allí estaba, de pie. Cuando mi cuerpo, o lo que fuera aquello, se dio cuenta de que lo estábamos mirando, comenzó a reírse sádicamente.

ESTÁS LEYENDO
Jaegerjaquez [Grimmjow]
RomanceUna mera historia de Grimmjow x lectora. Quizá ella podía ablandar el corazón de un hombre que solo se guiaba por el poder. Quizá él podría volver a hacer feliz a una chica que no paraba que sumirse más y más en la desgracia. Quizás ambos se complem...