Capítulo 29.

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PDV. Grimmjow

No sabía por qué, pero sus palabras me hicieron feliz. Feliz porque ella me había tomado como una posibilidad más en su vida, feliz porque podría estar a su lado.

Como una bofetada, la realidad me trajo de vuelta al mundo.

Aizen.

Él no iba a permitirme hacer lo que quisiera, él no iba a quedarse de brazos cruzados mientras un aliado suyo se convertía en su nuevo enemigo

Sin embargo... miraba a Lianna y mis dudas se esfumaban.

- Seamos aliados pues, Lianna. - dije eso casi sin darme cuenta. Me dio la sensación de que mi cuerpo habló solo, mi mente no quiso decir aquello y sin embargo salió de mis labios como un pequeño y alegre conejito dando saltos por una pradera.

Ella... ella pareció alegrarse. Sonrió aliviada. Acto seguido, se levantó, cogió su zanpakuto y se encaminó hacia la batalla.

Ya no era la chica que me seguía callada y con la cabeza baja, resignada en aquel lugar.

Ahora, caminando delante de mí, mis ojos solo podían ver a una guerrera segura de lo que iba a hacer; confiada de su propia fuerza.

La seguí. Parecía guiarse por sus sentidos, ya que seguía el camino hacia la inconfundible presencia de Ichigo.

Se detuvo en seco antes de cruzar la salida del edificio, para darse la vuelta y mirarme a los ojos, cosa que me puso nervioso.

- Gracias, Grimmjow. - me sonrió con dulzura.

Algo en mí se revolvió. Verla delante de mí, con aquella expresión que no me había dedicado de forma sincera hasta ahora hizo que una extraña sensación se apoderase de mí.

Intenté cubrirme la cara con una mano, ya que, como era de esperarse, me había ruborizado tan solo con dos palabras suyas.

¿Qué me estaba pasando? Iba a traicionar a Aizen y luchar codo con codo con la Sociedad de Almas, y sin embargo, no me sentía... mal. Al contrario, me sentía realmente bien; sentía que estaba haciendo lo correcto.

La chica volvió a darse la vuelta y salió al exterior. Nada más hacerlo, pude sentir numerosas presencias.

Desde luego iba a librarse una gran batalla.

Aquella cantidad de reiatsu... estaban casi todos los Shinigami de la Sociedad de Almas y todos los Arrancar de Las Noches.

A esto había que sumarle las presencias de Aizen e Ichimaru.

Una gota de sudor frío me recorrió la espalda.

- Espera, espera, Lianna. ¿Estás segura de esto? Tú también puedes notarlos, ¿No? Es...

- Lo sé, Grimmjow. Es una locura. Y, sin embargo, quiero hacerlo. Quiero luchar con ellos. No me importaría morir si es por defender lo que me importa.

Aún no me acostumbraba a que me llamase así. Solo con pronunciar mi nombre había conseguido que yo me adentrase en la batalla.

Muchas personas intercambiaban golpes sin cesar, otras, liberaban enormes reiatsu y despertaban numerosos poderes; yo atacaba a todo aquel que se acercaba a Lianna para atacarle.

Lianna avanzaba sin descanso en dirección a Ichigo, que se encontraba a unos cien metros. Cien metros tan atestados de personas luchando que parecían doscientos.

PDV. Lianna

Nos rodearon. Estábamos en pleno campo de batalla y cosa así de cinco Arrancar que no parecían tener mucho poder se colocaron a nuestro alrededor.

Jaegerjaquez [Grimmjow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora