Capítulo 11. Cena

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Marco

Me coloco la camisa blanca por dentro de los pantalones, me abrocho el cinturón y me echo colonia en el cuello. Listo para la comida de gala con el equipo.

- Marquito, ya era hora -me reprocha mi compañero Lucas Vázquez-. Llegas tarde.

- Lucas, falta más de medio equipo -le contesto riendo mientras me siento a su lado-. Además, hemos quedado a las nueve y media y aún quedan diez minutos.

- Pero yo tengo hambre, y quiero comer -dice haciendo pucheros cual niño pequeño-.

Me río ante las palabras del gallego y lo doy por perdido. Mientras hablamos de nuestras cosas va llegando el resto del equipo. Cosa que alegra a Lucas y a su estómago hambriento.

Para amenizar la espera nos traen algo para beber. Yo decido beber agua, por el momento.

- ¿A ti no te han dicho nunca que el agua es para los peces? -escucho a Ramos vacilarme mientras se sienta a mi otro lado-.

Le sonrío y vuelvo a beber agua. Pero esta vez acabo tosiendo al ver aparecer a Álvaro, el fotógrafo, junto a África. ¿Qué hacen ellos aquí?

- Hola chicos -saludan ambos sonriendo, recibiendo respuesta del equipo-.

- Marco, no te ahogues eh -me pide Lucas mientras me echa una mano por la espalda,dándome golpes ante mi insistente tos-.

- ¡Niño! -Ramos se suma a prestarme atención y omitir a los recién llegados-.

Al final consigo tranquilizarme y se me pasa la tos. Vuelvo en sí y me detengo en mirar a África. Un mono largo hasta los pies con unos zapatos rojos del mismo color que el bolso. En un momento en los que la miro, cruzamos miradas. Ella sonríe, sin más. Y se sienta al otro lado de la mesa, con Nacho, Álvaro, Marcelo y Ceballos alrededor suyo.

- Voy al baño -informo a Lucas, levantándome de mi silla en mitad de la cena-. ¿Qué tal vamos? -le pregunto a mis compañeros de la otra parte de la mesa-.

- Siéntate aquí, Marquitooo -me pide Marcelo señalándome la silla de su lado, donde minutos antes estaba sentada África, y donde ahora mismo no está sentanda-. ¿Qué tal estás cenando? Mira que voy a vigilarte eh.

- Tranquilo,todo en orden -le respondo riendo por sus palabras-.

Hablo también con Álvaro, Ceballos y el resto de esta zona. Hasta que la dueña de la silla llega y me mira, esperando a que le devuelva lo que es suyo.

- Perdona -me disculpo, levantándome de la silla para dejarle sitio a África-. Yo ya me iba.

Después de ir al baño y pararme un par de veces con mis compañeros llego a mi sitio. Lucas me recibe dándome una copa de champán que acepto.

- Marco, esto es serio -el gallego me mira atentamente-. ¿Te gusta África?

- ¿Qué dices? No bebas más, te sienta mal.

- Te gusta -afirma, convencido-.

- ¿A quién le gusta quien? -pregunta Sergio uniéndose a la conversación-.

- Marquito,que le mola Afri -le suelta el gallego y en este momento le quiero matar-.

- Eso no es verdad -intento convencerles-. No digáis cosas que no son.

- Va, Marco. ¿Por qué no? -el capitán le sigue la corriente a Lucas-. ¡África! ¿Dónde te has dejado al novio?

En ese momento me quiero morir de la vergüenza. Mis compañeros la van a liar.

- ¿Qué novio? -pregunta la aludida, acercándose a nosotros y apoyándose en Ramos-.

- Tu amigo, el del otro día -continúa Lucas-.

Quiero que vuelvas | Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora