Capítulo 19

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Me quedé parada procesando lo que acababa de escuchar

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Me quedé parada procesando lo que acababa de escuchar. Angeline era un verdadero peligro y aunque por mucho que me dijera que era porque interfería en mis planes la realidad es que lo que estaba lacerándome era escuchar que de alguna manera se las había ingeniado para atraer su atención.

—¿Desde cuándo? —inquirí tratando de contenerme—. Desde cuando me he visto como idiota frente a ustedes. Hace un rato solo te falto besarla.

—Keira. —Hizo una pausa—. He dicho que no debería darte explicaciones pero voy a hacerlo por el hecho de que me fastidia escuchar los reclamos de alguien. Angie me gusta desde que la vi, hay que ser ciego para no ver que es preciosa, además de ser bastante aguerrida, en cuanto a lo de que casi la beso hace un rato es mentira, si quisiera lo hubiera hecho pero en primera no estoy de ánimos y en segunda si así fuera no tiene por qué importarte dado que fuiste clara al terminar lo que sea que hayamos tenido así que deja el drama que ahora ya formo parte de la lista de individuos en la colección de Keira Cooper.

   Y ahí lo tenía tan agresivo como siempre.

—¿Entonces ahora vas a por ella? —inquirí conociendo la respuesta—. Me ofende que me compares con una gata cualquiera.

    Sonrió como si lo que acababa de decir fuera exactamente lo que esperaba.

—Esa gata es la mejor de las chicas —aseguró con una sonrisa—. Es práctica, sin rodeos, inteligente y sobre todo una buena persona. Es mucho más de lo que alguien puede esperar de otra. Ahora por si no me has escuchado lo voy a decir de nuevo: vete de aquí.

—No has respondido mi pregunta. —Me atreví a presionar—. ¿Vas tras ella?

—Eso no te importa.

—Sí que me importa. —Me vi diciendo sin pensar—. Me importa porque hablaran de mí. Pensaran que me has dejado por una oportunista.

—¿Quién? —Su gesto de aburrimiento me enfadó—. Nadie sabe que hubo algo entre nosotros. Para ya tu paranoia ridícula y supéralo.

—¿Por qué...

—¡Por Dios Keira basta! —gritó totalmente exasperado—. Ya deja de cuestionar todo. Simplemente vete que me irritas.

   Me senté en la cama y sin que lo esperara lo abracé sintiendo cada parte de su cuerpo tensarse.

—Por lo que sea que hayas atacado al hijo de ese hombre, gracias. —Dejé un beso en su mejilla—. Nadie había hecho algo así por mí. No era necesario pero de todas formas mil gracias.

    Quise apartarme aunque en el fondo deseaba permanecer ahí a su lado pero cuando tuve las fuerzas suficientes para alejarme él no lo permitió.

—¿Por qué haces eso? —preguntó sin soltarme y aspirando el olor de mi cabello—. Me mandas al demonio solo porque quieres y después me haces una escena por algo que no debería importarte. Me confundes y eso me molesta.

Amor de habitación (Serie Amores 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora