Llevaba dos días en la pequeña cabaña sin contacto con nadie más que no fuera mi hermana y mi sobrina.
Había apagado el celular para no tener contacto con nadie.
Aquellos hombres que una vez formaron parte de mi vida empezaban a aparecer de nuevo pero esta vez parecía que buscaban la manera de conectar con Richard por lo que sin duda buscaban acercarse a mí e incluso algunos estaban dispuestos a casarse conmigo sabiendo que eso irremediablemente los acercaría.
Los últimos días en que había estado en mi departamento habían llovido invitaciones y ninguna decía sexo, todas por el contrario eran invitaciones al cine, cenas o teatro e incluso a algún concierto. Me daba coraje pero también me daba risa el hambre de poder que muchos tenían.
Sin duda, ahora que todo parecía haber mejorado como familia la gente buscaba la manera de encajar en ella más aún creyendo que tenían a Richard. Era sabido por muchos que estaba prendado de Blair y tras saberse y desmantelar la red de Robert muchos que antes la habían criticado ahora estaban de su parte argumentando que la entendían cuando había buscado a Richard.
La hipocresía de las personas podía alcanzar límites insospechables.
Blair estaba tranquila, o eso parecía. No mostraba su tristeza pero en el fondo yo sabía que le había dolido en el alma que él hubiera decidido no buscarla más.
Este viaje era precisamente para que ella se reencontrara y entendiera que no necesitaba a nadie más que a su hija y a su familia.
Anabella sabía una parte de todo, al menos lo necesario pero no veía con buenos ojos la relación entre Richard y mi hermana; sin embargo yo sabía que él volvería por Blair, estaba convencida de que la amaba y de que seguramente recapacitaría.
Sebastian por su parte había cambiado demasiado y aunque seguía sin contarnos lo que le pasaba, la realidad es que parecía ser un cambio bueno y saludable para él. Solía vernos más seguido, abrazarnos, hablar con nosotras. Atrás había quedado el chico que se aislaba, ahora parecía ser un hombre que sabía su lugar en el mundo.
Yo seguía creyendo que tenía una amante por supuesto y no podía culparlo por mucho que lo deseara pero sin duda no era lo correcto. Él y su esposa eran dos completos desconocidos, no obstante parecía que había alguien en su vida que había logrado ganarse su corazón por completo y enamorarlo.
Mi hermana aseguraba que no había nadie más, pero yo estaba segura que sí. Solo había que esperar a que él mismo lo confesara.
Yo, llevaba sumida en la tristeza tanto tiempo que no sabía qué dolía más, si el alma o el corazón, como fuera ya no había tiempo para llorar, para sufrir o para lamentarse.
Fredek ya no estaba en mi vida y dolía saberlo pero también adoraba llorar por él. Llevaba tanto años sufriendo que se había hecho una costumbre aunque ahora doliera incluso más de lo que hubiera imaginado.
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Amor de habitación (Serie Amores 2)
Chick-LitKeira Cooper solo ha conocido el amor una vez y le fue arrebatado por la persona que debió protegerla; con los años no solo ha madurado su personalidad sino también ha crecido su rencor y su odio hacia ella por lo que se esforzará por encontrar un h...