Los meses se fueron como agua después de haber aceptado tener una relación con él, nada había cambiado, seguíamos peleando y discutiendo sin poder reducirnos, sin contar las múltiples peleas entre nosotros donde yo siempre salía victoriosa.
Eramos una pareja, salía conmigo pero jamás al público, siempre era a lugares aislados donde poca gente pudiera reconocernos, en cambio siempre que estaba en casa conmigo o yo en la suya era completamente diferente. Fredek dentro de su hogar y en confianza era un hombre completamente entregado.
Retoqué ni maquillaje mirándome al espejo en espera de que llegaran por mí.
El sonido del celular me indicó su llegada.
—Hola —dije coqueta—. Llegas temprano.
—Hola preciosa —contestó con su ya característica risa—. Baja ya, quiero verte.
Tomé mi bolso y subí al ascensor con una sonrisa en mi rostro. Había estado de viaje y era imposible no extrañarlo, sobre todo cuando me había acostumbrado a sus arranques de hombre protector, a sus pullas y sobre todo a su delicadeza para tratarme cuando nadie nos veía.
La discusión tras haber violado mi privacidad y proporcionado a Richard la dirección donde mi hermana se encontraba había derivado en una pelea monumental que llevó al término de la relación por unas semanas hasta que vi a Blair completamente feliz gracias a que él había ayudado, solo entonces había cedido un poco y dejado que se acercara de nuevo y tras muchas disculpas ofrecidas de su parte la relación se había reanudado.
Llevábamos meses sin mostrarnos al mundo con nadie más, al menos en mi caso y pese a que la prensa manejaba mi situación como una chica que había madurado la realidad era que tal vez tuvieran algo de razón; sin embargo había resultado contraproducente al ver ahora a algunos hombres interesados en formar alianzas con mi cuñado a través de una relación conmigo.
Mi madre por su parte no dejaba de incordiar diciendo que me presentaría a alguien por lo que en cada cena era invitada y por supuesto jamás asistía.
Bajé del ascensor tratando de no emocionarme por verlo, pero fue imposible al cruzar la puerta del vestíbulo y ver al tan ya conocido chofer abrir la puerta.
Fredek esperaba dentro con el teléfono a la oreja y una sonrisa que no me gustó.
Me senté e inmediatamente le dijo a su receptor que hablarían después antes de tomarme de la mano y darme un beso.
—¿Con quién hablabas? —pregunté—. Estabas tan risueño.
—Hablaba con Richard —dijo con un encogimiento de hombros—. Dice que vamos tarde y ya tiene hambre.
Me jaló aún más y me abrazó.—Te extrañé —susurró antes de darme un beso—. Extrañé estar así contigo.
Sonreí al escucharlo y acaricié su rostro.
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Amor de habitación (Serie Amores 2)
Literatura KobiecaKeira Cooper solo ha conocido el amor una vez y le fue arrebatado por la persona que debió protegerla; con los años no solo ha madurado su personalidad sino también ha crecido su rencor y su odio hacia ella por lo que se esforzará por encontrar un h...