Capítulo 9

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La alarma sonó, pero hoy las cosas eran diferentes. No tenía esa usual pereza al despertar, no, era más que eso. Le costaba abrir los ojos porque pesaban demasiado, le dolía la cabeza y sentía molestia en la garganta a tal punto de pensar que sería imposible tragar sin que doliese. Camila estaba enferma

Trató de pasar saliva, pero el dolor solo empeoró, el malestar se hizo más grande y estuvo acompañada de tos, llevó las manos a su cabeza y lo comprobó. Tenía fiebre

Sus ojos se pusieron vidriosos, si algo la ponía sensible era enfermarse, el malestar físico sí que era su punto débil, aquella chica con energía 24/7 se sentía tan vulnerable en esas ocasiones, odiaba sentirse así solo por haberse contagiado de gripe, se sentía tonta y el dolor de cabeza no ayudaba para nada, solo la hacía sentirse peor. Tomó un par de respiraciones profundas y miró la hora en el despertador

- Mierda - Habló como pudo con la voz expresando la enfermedad, si no se levantaba ahora, llegaría tarde al trabajo. Intentó levantar la cabeza con las mínimas fuerzas que su cuerpo podía ejercer, pero un fuerte dolor la obligó a recostarse de nuevo, un segundo, tercero y hasta un cuarto intento obtuvieron el mismo resultado. Suspiró derrotada. No podía ir a trabajar, se sentía demasiado mal como para hacerlo - Un día menos de trabajo - Se dijo a si misma mentalmente, si lo expresaba de forma verbal, el esfuerzo al hablar saldría muy caro - Un día menos de salario... - Negó con la cabeza levemente, estaba enojada consigo misma

Pero aquello eran cosas que no se podían evitar y más cuando no llevaba una alimentación sana y equilibrada, el número de horas de sueño adecuadas y en especial, cuando se maneja tanto estrés día a día en lo que significaba su vida desde los diecisiete años, así que se dio por vencida y tomó el móvil para informarle a sus dos jefes sobre su estado de salud. Era algo temprano así que lo mejor sería dejarles un mensaje, si, era lo mejor

Se estiró como pudo y tomó el celular que estaba sobre la mesita de noche, desconectó el cargador y cuando quiso tomarlo por completo, cayó al suelo

- PUTA MIERDA - Gritó consumida por la impotencia, se arrepintió de inmediato, eso había hecho que su garganta ardiera aún más, cerró los ojos con fuerza y se quedó allí por un momento, sí que había dolido - Lo único que faltaba - Bufó mirando el techo mientras pensaba en alguna solución, estaba enferma, pero su mente iba mejor de lo que esperaba - Ok, ok... Solo debes dormir un poco y cuando te sientas mejor, lograrás llegar a tiempo a la ferretería y harás el turno de la tarde sin ningún problema, luego llamarás al señor Hansen y le dirás qué el fin de semana harás turno doble, así recuperarás el dinero de hoy - Masajeó sus cienes y trató de calmarse, si empezaba por eso, no lograría nada realmente - Eso es... Solo una siesta y todo estará bien - Sus ojos se cerraron por el cansancio y antes de que terminara la frase, se quedó dormida

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- ¿Hmm? - Murmuró confundida la ojiverde que llegaba a la habitación, después de todo ella tenía derecho a sus doce horas de descanso también - ¿Cabello? - Preguntó con tono de voz medio, ni muy alto o muy bajo - ¿Qué haces aquí? - Habló extrañada - Deberías estar trabajand- Observó el móvil en el suelo, lo levantó y observó la gran cantidad de notificaciones, en su mayoría llamadas perdidas y mensajes que, acumulados, lo examinó y tenía el nivel de volumen más alto y casi toda la batería, aun así, la morena permanecía inmóvil sobre la cama y bajo las mantas. Eso no era normal, algo andaba mal. Se acercó lentamente para detallar más la escena con ojos curiosos, estaba confundida, no sabía a ciencia cierta que estaba pasando por lo que fue un impulso posar su mano sobre la frente de la otra cubana con absoluto cuidado, después de todo si se encontraba dormida no quería despertarla. – Dios... - Estaba ardiendo, Lauren entró en pánico - Camz está enferma - Dijo para sí misma con una evidente preocupación en la voz - Tienes fiebre... - Susurró, el sonido de una nueva llamada en el móvil de Camila la hizo reaccionar, tenía que buscar los medicamentos o lo que fuese necesario para que la morena se sintiera mejor

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