- Hey, sabes que no te cuesta nada – La aprisionó entre la pared y su voluptuoso cuerpo, sus pechos eran grandes y provocadores, pero no resultaban serlo en situaciones como estas, donde quería ejercer su voluntad – Es solo un besito, Camila – Humedeció sus labios e insistió de nuevo presionando con su cuerpo el de la menor que ya estaba acorralada y así evitar que continuara con el leve forcejeo – Las dos sabemos que quieres hacerlo
- D-déjame en paz, maldita sea – Estaba cansada por el largo día de trabajo y no se sentía con energía para zafarse del agarre de su vecina acosadora. Justo ahora le pesaba no haber almorzado o comido algo durante todo el día, así al menos tendría un poco de energía – Verónica... - Negó con la cabeza – Suéltame, joder
- Ya te dije que es solo un beso, ¿por qué no me lo das? – Acercó sus labios lo más posible sin llegar a besarla. La otra latina resultaba ser sensual y atractiva, pero no sabía nada acerca de recibir un "no" por respuesta, más cuando eso incluía a la morena que vivía al otro lado de la pared - ¿Es por qué no soy ella? – Camila la observó confundida estableciendo un contacto visual incómodo para ella – Si, la ojiverde con la que compartes la habitación. Sabía que tenía razón y bateabas para mi equipo, solo que no tenía idea que te gustaban las chicas fresas...
- No sé de qué estás hablando – Desvió la mirada
- Por favor – Bufó - Las vi muy cariñosas el otro día en la cocina. No hay que ser un genio para saber que ya se metió entre tus bragas
- Verónica. Eso no es algo que te interese y tampoco que vaya a contarte, es mi vida privada-
- ¿Al menos sabes quién es? – La interrumpió causando que la cubana quedase en silencio – Es decir, ¿cómo sabes que todo lo que dice es cierto? – Se separó un poco y tomó aire – No estoy diciendo que sea una mala persona, solo digo que no me trae ninguna buena espina esa chica
- Si, mira quien lo dice. La madre Teresa de Calcuta
- Hemos vivido una junto a la otra por más de dos años – Se acercó nuevamente a sus labios he intentó robarle un beso, su intento fallido la hizo utilizar su mejor truco bajo la manga al mismo tiempo que aumentaba la presión de su cuerpo sobre el de la chica más joven - Camila, tu sabes todo de mí, por favor... - Bajó a su cuello para besarlo
- ¿También sabe que te coges a Lucía?, la colombiana del tercer piso – Apareció como un ángel guardián para la morena, sonrió internamente. Lauren estaba aquí – Oh, espera, creo que olvidaste mencionar ese pequeño detalle – Se puso de pie frente a ella con los brazos cruzados, desafiante ante Verónica – Suéltala y apártate – Habló con voz firme, la otra chica no sabía que decir, apenas y respiraba frente a la escena – Suéltala y apártate o tendremos verdaderos problemas tu y yo – Dijo con los dientes apretados ante la no respuesta de la otra latina
- Hey, tranquila, solo estábamos conversando – Se separó solo un poco - ¿Verdad, Camilita? – La tomó del mentón, la morena apartó su mano de mala gana
- No me vengas a ver la cara de idiota, Verónica Iglesias, que conozco al director de la cocina donde trabajas y puedo hacer que te echen hoy mismo de allí – Rio y se enfrentó a la pelinegra
- ¿Tú vas a hacer que me echen? – Preguntó con humor mientras se reía en su cara - ¿De cuándo aquí una inmigrante indocumentada tiene influencias en el mundo de la cocina y los negocios de Miami?
- Desde que el dueño del restaurante fue conmigo a la universidad y me ofreció ser la sub chef de allí – Su risa se desvaneció, aquel hombre era cubano cien por ciento y tenía el mismo título que Lauren. Chef profesional - Ahora no es tan gracioso, ¿verdad? – Retrocedió notablemente y renegó con la cabeza mientras la veía fijamente
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Our Home (Camren)
ФанфикCamila es una mujer de 20 años, que básicamente, se parte el lomo trabajando para enviar dinero y así sostener a su familia en Cuba. La esperanza de los Cabello estaba depositada en ella, Estados Unidos y un empleo con un salario decente. Hoy, tres...