La menor se abrazó más al cuerpo de su novia y dejó un beso delicado en su mejilla, la ojiverde giró la cabeza para obtener un beso por parte de la morena quien correspondió a él con el mayor agrado. Suspiró unos segundos después de estar compartiendo el contacto y cerró los ojos para disfrutar de las sensaciones que la morena le transmitía.
Quizá las demás parejas celebraban el primer mes de su relación yendo a cenar a algún lugar lujoso, al cine o incluso a un viaje improvisado, pero Lauren y Camila decidían alejarse de las calles ruidosas y los restaurantes concurridos. Disfrutaban de la comodidad de la habitación que compartían, una buena película, un par de golosinas y los besos de la otra. Nada como besar los labios que ocasionaban suspiros y las famosas mariposas en el estómago
La pelinegra dejó el tazón repleto de frituras sobre la mesita de noche y volvió a besarla, esta vez con una mano en su mejilla y la otra detrás de su cuello y así acariciar lentamente su cabello, le gustaba tanto mimarla y consentirla como se lo merecía, mientras que la más bajita la abrazaba por la cintura e inconscientemente la acercaba a si misma
- Hmm... - Suspiró la pelinegra tras el primer roce de la lengua de Camila contra la suya, era alucinante lo lentos y delicados que eran sus movimientos – Camila... - Susurró sobre sus labios, quería subirse sobre ella, pero no sabía si era lo más indicado, no deseaba incomodarla – Besas tan rico... - Una de sus manos bajó a la cintura de la morena y se coló apenas de forma perceptible bajó su camiseta. Camila abrió los ojos, Lauren ya los tenía abiertos. Las dos suspiraron y continuaron besándose saboreando esa sensación de cosquilleo que se iría derramando por sus cuerpos, en como sus mentes viajaban a la nebulosa donde lo único que serían capaces de percibir era el calor de su propio cuerpo contra el de su novia, de cómo la calidez de su respiración quemaba sus bocas y de cómo sus almas sonreían nerviosas en cada beso que se daban.
- Creo... - Susurró lo más bajo posible – Creo que ya estamos listas... - La tomó de la cintura y la condujo sobre su cuerpo comprobando que su corazón no era el único en esa pequeña habitación que podría salirse del pecho – Hmm... – Jadeó por un pequeño roce a la altura de su intimidad - Sabía que tenía las mejillas sonrojadas, mucho más que las de Lauren, aun así, no era impedimento para que sus labios pronunciaran aquello que tanto deseaban que sucediera. Todo su ser lo anhelaba – Hagamos el amor, Lern... - Unió sus labios sin permitir espacio a la más mínima duda por parte de su novia, quien estaba empeñada en trazar pequeños círculos en su abdomen para disimular lo temblorosas que estaban sus manos llenas de los leves nervios y emoción que le transmitía el deseo de la morena
- Hagamos el amor, Camz... – Dijo unos segundos más tarde para luego bajar un poco y provocar un jadeo en la menor mientras pasaba la lengua caliente desde la base del cuello de la morena hasta a su mentón y otro más fuerte levantando su camiseta y desasiéndose de la propia, permitiendo que su piel fogosa tocara la de Camila y que ambas pudiesen sentir sus pechos rozándose entre sí. Ninguna llevaba sostén y agradecían el hecho de no hacerlo – Hmm... – Gimió arqueando un poco la espalda para sentirla más cerca, el contacto de la palma de su mano sobre los pechos de la otra cubana había endurecido sus pezones de inmediato, ganándose un gemido con ganas de la menor, liberado en sus labios tras el beso que ahora compartían
Camila era su chica y adoraba mimarla y tratarla como se merecía, así que se apoyó en los antebrazos y bajó para besar su cuello, esta vez con más calma y mayor cuidado. Lo realmente suaves que se sentían los labios de la ojiverde y lo jodidamente cariñoso que resultaba todo en medio de los momentos de efusividad era lo que producía el rubor en sus mejillas y la sensación de humedad entre sus piernas. Era la primera vez que compartían un momento tan íntimo y la primera vez que anhelaban la cercanía y la pasión que las carcomía por dentro
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Our Home (Camren)
FanficCamila es una mujer de 20 años, que básicamente, se parte el lomo trabajando para enviar dinero y así sostener a su familia en Cuba. La esperanza de los Cabello estaba depositada en ella, Estados Unidos y un empleo con un salario decente. Hoy, tres...