La única iluminación existente era el alumbrado público que chocaba en la fachada del edificio, eran las 11 PM, todos los chicos y las chicas inmigrantes que vivían allí, estaban profundamente dormidos, después de todo, debían levantarse temprano al día siguiente
La morena caminó al mismo ritmo de siempre, no importaba si estaba muerta del cansancio o con un poco más de energía, solo quería hacer una cosa tan pronto llegará, lanzarse a su cama y dormir
Subió las escaleras que la conducían al segundo piso, giró a la derecha y continuó avanzando a pasos firmes pero ligeros por el pasillo, metió la mano en el bolsillo de sus jeans, sacó las llaves y abrió la puerta de su hogar. Su cuerpo fue echado unos pasos hacia atrás debido al abrazo de la ojiverde que la había tomado por sorpresa
Lo suave y tranquilo que resultaba ser el contacto, la descolocaba y al mismo tiempo, despertaba el deseo de permanecer en aquella posición, todo el tiempo posible. La última vez que alguien la había abrazado con tanto afecto, fue en el aeropuerto de la Habana, al despedirse de sus padres
- Hey... - Susurraba la más alta - Estaba un poco ansiosa esperando a que regresaras - Dio un beso en su mejilla y luego uno en sus labios - Te extrañé mucho...
- Ah, ¿sí? - La primera sonrisa del día se escapaba de sus labios, se apartó y asintió sin romper el contacto - Yo también te extrañé hoy, de hecho, toda la semana... - La mirada curiosa de la pelinegra se conectó con la de la morena, esperando a que siguiera hablando sobre ello - Y, ahora que estoy aquí contigo, quiero besarte hasta el amanecer... - Pasó los brazos alrededor de su cuello y Lauren bajó las manos hasta su cintura - Y buenas noches a ti también - Habló un poco en broma liberando una risita de su compañera de habitación - ¿Qué tal el día libre? – Suspiró, la ojiverde tenía un día libre a la semana, solo que lo asignaba su jefe y era el miércoles, justo hoy
- Estuvo bien, solo que... No es lo mismo si no estás conmigo - Tomó su mano y la condujo a la cama, Camila se sentó en el borde y Lauren se arrodilló entre sus piernas - Voy a pedir que lo cambien para el fin de semana, será un poco tedioso convencer a Charlie pero lo intentaré - Tomó el zapato izquierdo de la menor y soltó con mucho cuidado los cordones que lo aseguraban a su pie, retiró el calcetín y repitió la acción con el pie derecho, se levantó y los dejó en el cesto de la ropa sucia - Podría quitarte el resto de la ropa... Pero tal vez quieras hacerlo tú misma - Subió por sus piernas tocándolas suavemente, sabía que, si Camila sentía un movimiento invasivo, podría sentirse incomoda
- T-tengo que ir a ducharme
- No seas aguafiestas, quiero besarte un poco antes de que lo hagas - Continuó avanzando sobre su cuerpo, sus manos rozaron un poco la piel expuesta de su abdomen y brazos, la ojiverde sonrió al sentir el pequeño temblor que desencadenaba con sus sutiles toques - Ven aquí - Puso la mano detrás del cuello de Camila y la levantó lo suficiente para que se uniera a ella en un beso húmedo - He querido hacer esto todo el día... - Lo lento de sus movimientos, los jadeos que se escapaban y su lengua entrando en la boca de la morena sin ninguna vergüenza, estaban haciendo estragos en la chica de 20 años. Poco a poco se adaptó al beso, el movimiento de sus labios se acopló al de la ojiverde y su lengua se atrevió a rozar la suya por un instante, se sentía tan bien
- Hmm... Cabello – Pronunció sobre sus labios con ese tono ronco en la voz – Besas tan rico – Se acomodó un poco, logrando que la morena se recostase en la cama y ella quedase justo sobre su cuerpo
- Espera... - Susurró, Lauren había metido una de sus manos bajo blusa, estaba tentadoramente cerca de sus senos
- No lo haré si no quieres – Movió lentamente las yemas de los dedos hacia abajo, dejando la mano justo en el vientre de la otra chica cubana. Se retorció en excitación por el contacto – Lo siento, lo siento – Se separó levemente, se había calentado muy rápido – Solo... - Suspiró
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Our Home (Camren)
FanfictionCamila es una mujer de 20 años, que básicamente, se parte el lomo trabajando para enviar dinero y así sostener a su familia en Cuba. La esperanza de los Cabello estaba depositada en ella, Estados Unidos y un empleo con un salario decente. Hoy, tres...