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No me haga esto, señor profesor.

El primer día de clases en este curso ya teníamos un trabajo grupal, la formación de equipos era por el código del estudiante y yo, una buena chica con suerte, me tocó en el mismo equipo de A DOS con el señor Kang.

— No se molesten en entregarme el trabajo si no tiene el número exacto de palabras que pido.

Parece que el profesor tenía declarada una guerra con él y cualquier estudiante. Cada vez que un estudiante levantaba su mano a preguntar él lo miraba con un ceño en su cara tan marcado. Justo ahora lo miraba así a Daniel que se acercó a él ni bien culminó la clase el señor Kim. Iba a retomar la conversación con Yoojung, cuando a todos nos impactó el grito del profesor, de nuevo.

— ¡Claro que no! ¡No lo cambiaría de grupo, jamás! MADURE. — ahora miró a toda la clase, señaló a algunos estudiantes con su bastón. — No crean que se les dará todo en la vida. MADUREN.

El señor de algunos 70 años se retiró de la clase con el bastón (no le diría bastón, sino señalador de personas) que lo acompañó desde que ingresó. Miré a Daniel. Juro que no entiendo a este chico. Se acercaba a mí con una mirada determinada a matar a cualquiera, parece que Yoojung notó ello, pues salió casi corriendo de la situación. La miré en busca de auxilio, pero, sí, fue tonto hacer eso. Todos temerían de aquel hombre si los mira así, incluso yo.

— ¿Qué quieres? — dije con una falsa valentía mirándolo desafiantemente desde mi asiento.

— Necesitamos hacer el trabajo lo antes posible. — solté una risa y desvié mi mirada tornándome seria.

— Yo estoy ocupada estos días.

— No entiendes que cuando digo lo antes posible es lo antes posible. — decía sin quitar aquella mirada de mí.

— Y tú no entiendes que cuando digo estoy ocupada es que estoy ocupada. — me paré dispuesta a salir de aquel salón para terminar la discusión.

— Doyeon, sé que me odias, pero tenemos que hacer el trabajo. Lo haremos en mi departamento. Te estaré mandando mensajes. — dijo cuando ya me encontraba los escalones del salón.

Debo cambiar mi número.

Cuando me di cuenta Daniel ya se encontraba en la puerta del salón. Al salir del salón me encontré con Ong apoyado contra el barandal al frente del salón. Vi hacia los costados verificando si Daniel se encontraba por ahí, no me gustaría que algo quite la sonrisa de Seongwoo por nada del mundo. Me acerqué a él para apoyarme, apoyé todo mi cuerpo en él, mientras él colocaba sus dos manos en mi espalda.

— En mi clase está Daniel.

Abrí los ojos, yo no quise decir eso. Miré hacia arriba y Ong se encontraba mirándome con un ceño que mostraba su enojo. Ese ceño lo había visto ya en otra persona: el señor Kim.

— ¿Ese idiota está en tu clase? — escondí mi cabeza en su pecho.

— No hagas nada tonto, no quiero que él te haga daño.

— Claro que él no me hará daño, yo le haré daño. — alcé mi vista y reí.

— ¿Tú? Tú le harás daño, el flaquito señor Ong, a Daniel, el musculoso señor abs perfectos.

— ¿Qué? Daniel nunca se ha quitado el polo para que sepamos que tiene abs, ¿cómo lo sabrías tú?

Maldición.

Salí del abrazo y empecé a caminar, mientras escuchaba por segunda vez en el día el grito de mi nombre por Seongwoo. Desde ahora debo tener cuidado sobre todo lo que digo.

Al llegar a mi cuarto lo primero que hice fue tirarme en mi cama, este tipo de días no se llegarían a vivir de nuevo. Muchas emociones por hoy. Mi celular al lado mío comenzó a vibrar, mensajes. Agarré el celular y lo desbloqueé soltando un suspiro.

Chico tímido

Quieres que vaya a tu habitación y te muestre que soy más musculoso que el idiota. ¿Quieres ver mis abs?

Doyeon

JAJAJJAjaja.... ¿Cuándo te volviste tan atrevido?

Chico tímido

Dímelo tú, señorita que sabe que otro hombre tiene abs y ese hombre no es su enamorado.

Sentí mis mejillas sonrojarse, eso es tan cierto. Nunca más voy a tocar el tema de los abs con alguien en mi vida. Vibró mi celular de nuevo en mis manos notificándome sobre un mensaje nuevo.

Número desconocido

Vamos a tener la reunión mañana y pasado mañana. Te adjunto la dirección. 

Hay que vernos después de clases, si quieres te puedo llevar. 

No hay otro horario, es ese o ese. 

Desde cuándo Daniel tiene auto, ese idiota gana tanto dinero o qué. Y desde cuándo vive en ese barrio tan peligroso, no sé cómo llegaría ahí con mi celular, cartera o incluso zapatillas. Acaso me quería ver muerta. Lo odio, siempre arruina mi día. Me convenía ese horario, pues era mejor para mí terminarlo más rápido. Ahogada en mis pensamientos noté como me llegaba un nuevo mensaje que me sacó una sonrisa antes de leerlo. 

Chico tímido 

No te olvides de soñar con tu chico favorito. 

Te quiero mucho. 

Acabo de desmayarme en mi cama

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Acabo de desmayarme en mi cama. He sido bendecida por tener a un chico tan apuesto a mi lado.... Bueno, él también fue bendecido por tenerme a su lado. Así que es un empate para los dos.  Inmediatamente utilicé esa foto como la de contacto de Seongwoo. 

Doyeon

¿Sabes que me gustas mucho?

No pude evitar sonreír, dejé mi celular al lado y lo volví a coger para ver el mensaje que me había llegado de Ong. 

Número desconocido

¿Qué?

Cómo que qué. Revisé la conversación aún con la sonrisa y me di cuenta. Mierda, mierda, mierda. Número equivocado. Maldición. 

Más que ayer.  »KangDanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora