—¡Doyeon!
Sentí el abrazo de alguien por la espalda. Era ella. Volteé rápidamente para poder devolverle el abrazo, no me di cuenta que estaba sonriendo. Ha pasado tanto desde mi ultima sonrisa, se siente tan bien.
—Yeonnie, ¿estás bien?— trató de captar mi mirada con lástima.
— ¿Por qué lo dices?— ella soltó un suspiro indignada.
—Todo el mundo ha visto a Daniel con esa chica, lo sabemos. Yo lo sé.
Quién me manda a estudiar en una universidad privada donde todo el mundo se entera la vida de todos. Quizás es lo mejor que se enteren que él y yo ya no estamos juntos. Daniel y yo nos separamos después de 4 años de relación, eramos la pareja más estable de la universidad, preparatoria y secundaria. ¿Cómo una relación de 4 años se puede ir al tacho en solo una semana?
— Yo lo siento, Hyeri. Yo me equivoqué. Perdón. —empecé a sollozar. No de nuevo, en público no.
— No, bebé. Está bien, fue mi culpa.— limpió mis lágrimas con la yema de sus dedos. Vi como le caía una lágrima.— ¿Por qué somos tan lloronas? Vamos a mi departamento.
Es imposible no ver a una persona que llora cuando está a tu alrededor, eso me sucedió a mí. Por más que tratará de esconderme en el hombro de Hyeri, veía todas las miradas en mi. Me sentía tan patética, muchos tenían lástima por mí lo sentía en sus miradas. Quizás él me estaba mirando.
Siéntete mal por todo lo que me has hecho.
Ya van dos veces seguidas a las que falto a esa clase por la misma razón. Al llegar al departamento, Hyeri me dio un vaso de agua y nos sentamos en el mueble. Todo era blanco, había cambiado tanto el lugar desde que dejé de visitarlo.
— Sabes muy bien que más vale olvidar.
— Que llorar por amor.— completé la frase.
Era la misma frase que utilicé para consolar a Hyeri cuando su primer enamorado terminó con ella. Por qué tuve que renunciar a ti por él, qué tonta.
— El maldito idiota es un idiota.— reí para luego tomar el vaso de agua y recostarme en el hombro de mi amiga.
— Lo encontré con otra chica, estaban en nuestro cuarto, en nuestra cama.
Escuché como Hyeri botó su vaso de agua y se rompió el vaso de vidrio en añicos. Alcé mi cabeza para verla ahí parada con su boca abierta y tratando de no llorar. Yo la miraba calmada sin reacción alguna, ya me harté de llorar. No quiero llorar más por alguien que no le importa ni un poco, alguien que me ha hecho tanto daño.
— Es un hijo de puta.
— ¡Hyeri!
— Ya sé, nunca he dicho malas palabras. Pero esta ocasión y ese sujeto lo merecen. Yo, yo, yo... ¡Lo voy a matar! Es un idiota malnacido.
Sonreí, porque ya no me sentí sola. Ya tengo a alguien a quién podría abrazar, me paré y la abracé. La abracé como si nunca hubiera abrazado a alguien, como te abrazaba a ti. Fue ahí cuando me sentí a salvo de él y dando el primer paso para superarte.
Decidí mudarme donde Hyeri y poner nuestro departamento en venta. Debo admitir que me dolió hacerlo, habíamos trabajado mucho para comprarlo. ¿Dónde estás viviendo ahora? ¿Con ella? Hyeri eliminó todas las fotos en las que aparecías de mi celular, eso me dolió aún más. Por qué diablos no tenía ninguna foto sola cuando fuimos a Disney, todas eran a tu lado. Cuando vi mi galería solo tenía 10 fotos y eran las que tú me habías tomado, cuando Hyeri se enteró que tú fuiste el autor de esas fotos las eliminó; al final mi galería quedó vacía y mi mejor amiga lo llena con fotos de ellas tomadas por ella misma.
Me sentí mejor a su lado, ya dejé de llorar por las noches, dejé de tener sueños en las que tú venías a disculparte o solo sueños en los que te veía sonreír de nuevo. Hasta deseé que estés sonriendo ahora, pues yo ya me encontraba sonriendo ahora y no te iba a desear el infierno siempre. Me comencé a arreglar para mí misma y ya no por ti. Comencé a tener más amigos, pero solo un poco; recuerda que siempre fui tímida. Hasta le llegué a contar a mi madre sobre nuestra ruptura, claro que le mentí sobre la manera de cómo rompimos. Ella aún te quiere como yerno, ella me echó la culpa por dejarte ir, me decía cuándo iba a conseguir a alguien cómo tú de nuevo. Si tan solo supiera. Si tan solo mi padre supiera, ten seguro Kang Daniel que tú no estarías vivo en estos momentos.
Quizás me hayas visto el día en el que hablé por primera vez con él, quizás ya no me importó cual fuera tu reacción, porque él me agradaba. Pero sí llamaste mi atención cuando te vi mirándonos desde el segundo piso mientras él y yo hablábamos.
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Más que ayer. »KangDaniel
Hayran KurguYo lo encontré engañándome, se encontraba en nuestra cama con otra mujer. Cuando entré al cuarto, él sólo dijo. -Vete al otro cuarto. Yo hice caso. Lloré toda la noche. ibluna © 0018