Más que ayer. »KangDaniel

027

-Doyeon, abre. -susurró detrás de la puerta de mi dormitorio.

Tocó la puerta discretamente. Me fijé en mi celular la hora, es la 1 de la madrugada, ¿en serio, Ong? Me paré de la cama en la cual no pude dormir ni por quince minutos y le abrí la puerta tratando de no causar ningún ruido. Estaba parado sonriendo y no se movía, solo me veía.

-Doyeon. -dijo sin medir su nivel de voz y lo arrastré dentro del cuarto tras cerrar la puerta.

- Cállate.-susurré. -No olvidas que están prohibiendo los chicos dentro del dormitorio de mujeres.

Me senté en mi cama con las piernas cruzadas mientras él se sentaba en el piso aún con su sonrisa de idiota. Miré hacia la ventana del cuarto apreciando la luz de la noche.

-¿Estás tratando de enamorarme aún más con esa pose de portada de revista? - lo miré, acaso él nunca puede estar serio por unas horas. Se paró y caminó hacia mí para poner sus dos brazos a cada lado de mí para apoyarse en la cama. - Necesito escuchar que me lo digas mirándome a los ojos. -podía sentir su respiración y solo nos separaba unos pocos centímetros.

- Te quiero. -solté sin quitar mi vista de sus ojos.

- Yo también te quiero princesa.

Se acercó lentamente y volteé mi cabeza rápidamente.- Daniel me contó... mucho.

Suspiró. -¿Puedo darte un beso antes de que me cuentes?

-No. -negué y me paré de la cama escapando de ahí, él me siguió con su mirada para quedar sentado en la cama frunciendo el ceño. Crucé los brazos y lo miré.

-¿Por qué no?

- No quiero. Hoy no.

- O sea estás confundida, pero me dices que me quieres.

No, no es así. Él no entendía, solo negué con mi cabeza decepcionada. Con todo lo que Daniel me contó, con todo lo que él hizo, yo simplemente me sentiría mal. Seongwoo está siendo tan egoísta ahora, no le importa lo que me ha pasado hoy y solo recuerda el momento en el que le decía que lo quería. Idiota egoísta. No dije nada y él tampoco por unos minutos, esperaba decir algo, pero solo quería que él se diera cuenta y dejé sus sentimientos de lado por un momento y piense en mí.

-¿Qué te dijo Daniel? - rompió el silencio.

Solté una pequeña sonrisa y comencé a contarle la historia. No me interrumpió en ningún momento, pero pude ver sus expresiones que no fueron fáciles de que no sea notado. Sí, él se veía asustado. Al terminar de contar todo solté un suspiro, no me di cuenta que había derramada algunas lágrimas. El simple hecho de imaginar un "si en caso" me hace quebrantarme. Si en caso nunca hubiera pasado Rachel en la vida de Daniel, ¿seguiríamos juntos? Nunca hubiera conocido a Ong y él hubiera seguido ahí gustando de mí a lo lejos. Solté un sollozo, sí, estaba llorando totalmente. Lloré y lloré.

Que hubiera pasado si...

Seongwoo se paró y me abrazó acariciando mi cabello, diciendo numerosas veces que me tranquilice. Dijo: tranquila, tranquila, ya pasó, tranquila. Acariciaba mi cabello y limpiaba mis lágrimas con su pulgar. No tenía miedo de demostrar mis sentimientos en frente de él. Empecé a calmarme y a respirar con una velocidad normal .

- Y.... ¿te vas a quedar conmigo? -dijo Ong, lo miré y sonreí en primer lugar para lugar soltar una carcajada que estoy muy segura que se escuchó alrededor de todo el piso.

Él también río y en ese momento me asusté, se estaba riendo como foca, una risa muy fuerte el idiota. Miré hacia la puerta y pude notar como se prendió la luz del pasillo y escuchaba los pasos arrastrados de alguien.

Era ella, se despertó la abuelita supervisora. Maldición.

Ong se calló al instante cuando escuchó un quién anda ahí con un tono más que enojado desde el pasillo. El sonido de unas llaves se escuchó desde afuera. Mierda, vino decidida a botarme de la universidad y del dormitorio de chicas. Señalé a Ong que se esconda debajo de la cama, pero cuando noté él ya se estaba echando en mi cama y tapándose por completo con el edredón. Hoy me van a botar de la universidad. Quería llorar de nuevo. Escuché como se abría la cerradura del cuarto y me dirigí tan rápido en mi cama para echarme como si estuviera en un sueño profundo. Pude sentir las piernas de Ong, prácticamente pude sentir a Ong.

- No hay nadie... - escuché la decepción de la abuelita Son, cerró la puerta y seguí actuando dormida.

Pude escuchar la risita de Ong desde abajo, dirigí una de mis mano a su cabello para jalarlo y así que notará que seguíamos en peligro.

- Idiota. -susurré con una sonrisa,

Salió del escondite y pude ver su rostro al lado mío, estaba sonriendo y yo solo le saqué la lengua y volteé a mi posición.

- Doyeon... -susurró en mi oreja. -Estoy en tu cama..

- ¿Y?

-Eres horrible. - reí y volteé para esconderme en su pecho.

-Hueles rico.

No dijo nada por unos segundos y alcé mi vista para ver el rostro más sonrojado que había visto en Ong. Toqué sus chachetes con mis dos manos, me miró desde arriba y le regalé una sonrisa.

-Me vuelves loco, Doyeon.

-Eres el chico más cursi que he conocido. -solté sus cachetes y puse uno de mis brazos alrededor suyo para abrazarlo.

Eso no era cierto. Daniel era a veces el doble de lo que era Ong, recuerdo que lo golpeaba cuando era muy muy muy cursi.

- Voy hablar con Daniel. -dije con los ojos cerrados.

-Lo que sea. -me sorprendí por su respuesta. Lo miré. Él ya no tenía miedo de Daniel-Te voy a besar en este momento.