Más que ayer. »KangDaniel

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Estabas al frente sonriéndome con un ramo de rosas sostenidos con tu brazo derecha, mientras con el otro me saludabas. Me sentía tan nerviosa, no había tenido una cita o salido con alguien que no sea Daniel durante 5 años. Solo te devolví la sonrisa y crucé la pista corriendo sujetando mi bolso.

-Hola. -dijiste sin quitarme la vista de los ojos. Te veías bien, bueno te veías muy atractivo junto a tu blazer y polo blanco casual.

-Hola.- me mordí el labio inferior sonriendo.

-Te ves preciosa.-noté tu sonrojo instantáneo y desviaste la mirada de mis ojos rápidamente. Reí. Qué tierno.

Quizás la falda que me puse junto a la blusa off-shoulders no me quedaba tan mal. Me guiaste hasta tu auto.
Punto a favor, Daniel no tenía auto. Bueno, tuvo uno por un tiempo, pero era de su empresa de trabajo.

-Lo siento, no quise incomodarte con lo que dije.

-¿Bromeas? Me encantó tu cumplido, hace mucho tiempo no me dan uno. Tú también te ves muy atractivo. -quisiste esconder tu gran sonrisa, pero fue inevitable.

No recuerdo cuándo fue la última vez que Daniel me dijo que yo era preciosa.

Te veía de vez en cuando mientras conducías, no quitabas esa sonrisa. Qué clase de encanto tiene esa sonrisa que me hace querer mirarla cada vez más. Cuando llegamos al cine, te veías muy nervioso. No sabía cómo hacer que te dejes de sentir así, no dejabas de hablar y hacerme reír.

-¡Waaaa! Amo la comida. -decía mirando los dos churros que traías en tus manos. - Y más que todo, amo los churros.

-Oh, eso quiere decir que me amas a mí. -reí y solo asentí quitándole el churro de sus manos dando una brusca mordida.

-Amo las películas románticas.

MIL PUNTOS A FAVOR: Daniel odiaba las películas románticas.

Te vi con los ojos asombrada y sonreí. He sonreído más veces en solo un día en los que sonreí a lo largo de los últimos meses al lado de él.

Nos sentamos en dos butacas contiguas que se encontraban en el medio de la sala de esta comedia romántica. Sentí tu mirada de vez en cuando en mí; cuando volteaba para atraparte, tú rápidamente enfocabas tu mirada en otra parte. Sentí el reposo de tu mano sobre la mía. Sabes que eso me impresionó mucho, hasta perdí por completo la atención que mostraba a la película desde ese momento. Te veía muy nervioso, lo notaba por el movimiento de tu pierna sin parar. Esta vez si te podía ayudar a calmar tus nervios. Entrelacé tus dedos con los míos. No sé qué estaba haciendo, solo me dejé llevar. Te vi morderte los labios para tratar de esconder tu sonrisa. Cuantas veces has tratado de esconder tu sonrisa, Ong.

Por favor, alguien deténgame. Hace unas semanas atrás me dije que el amor es una mierda. Lo que estoy haciendo demuestra que sigo creyendo que es todo rosa y hermoso. Tenía un buen argumento para ello: Ong. Verlo sonreír en estos momentos, me hace también sonreír. Después de tanto tiempo alguien sonríe y es feliz solo por tenerme a su lado.

Ong es el chico más raro y único. Me llevó a un lugar en donde nos podrían leer el futuro a través  de cartas, él sólo sonreía, mientras yo quería escapar. Esos lugares me aterran, siento que mi alma estaría para la entrada libre de cualquier demonio. No quería que el demonio de Daniel me posea de nuevo.

-Señorita hermosa y joven hermoso. -decía el psíquico sentado en el piso detrás de la mesa acariciando su larga barba blanca. -Veo mucho futuro en ustedes.

Esto me asusta.

-Señor Ong.

-¡¿Cómo sabe mi nombre?! - abrió los ojos a más no poder