Más que ayer. »KangDaniel

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Por primera vez vi a Ong enojado, su mirada lo demostraba. No sé si aquella mirada se dirigía al chico detrás mío o a mí. Salí rápidamente del auto, sin prestar atención a lo que Daniel decía. Lo miré a los ojos arrepentida de que haya visto todo eso, qué está pensando, qué pasaba por su mente. Evito mi mirada para ver al piso del estacionamiento, cerró sus ojos con el ceño fruncido. Por fin logró mirarme. No lo hubiera hecho. Sentí aquella decepción en su mirada. Me sentí lo peor.

-No es lo que tú crees, en verdad. -traté de acercarme a él en busca de su mano, pero fue inútil, él sólo se alejó.

-Ayer, ¿dónde estabas ayer? -dijo casi en un susurro. Traté de buscar su mirada acercándome, me atreví a acariciar aquella mejilla que aceptó. Buscaba consuelo en mi mano.

-Tienes que escucharme. -susurré, levanté su mirada con mi mano.

-Ayer durmió en mi departamento.

Maldito seas Kang Daniel.

Seongwoo se zafó de mí y se dirigió hacia donde él se encontraba. Me asusté, era la primera vez que lo veía así y a Daniel también. Él buscaba pelea, lo veía en sus ojos. Los dos la buscaban.  Seongwoo agarró su polo bruscamente y lo sacudió tan fuerte que escuché el sonido del golpe de Daniel contra el auto.

- ¡Déjala en paz! -gritó.

Gritó tan fuerte que me asustó, esta persona no era mi chico tímido, el chico que me dejaba cada rosa en la puerta. Daniel solo sonrió, eso no era buena señal. Fui donde se encontraban buscando calmar lo que sucedía, pero me acercaba y solo me asustaba cada vez más. Yo no sabía qué decir.

- No quiero. -soltó Daniel aún con aquella sonrisa.

Lo había confirmado con esto. Él aún tiene sentimientos por mí, ¿cuándo dejó de tenerlos?

- Le diré todo esto a tu enamorada. -amenazó Ong sin titubear.

- Dile. Igual ella me engaña.

¿Qué? Está vez fui yo la que cuestionó y dijo algo.

- ¿Desde cuándo? - me interpuse entre ellos.

- Desde que nosotros terminamos. -desvió su mirada.

- ¿Qué? -solté indignada y confundida. - Tú... -estaba temblando no sabía qué decir. Ong me sostuvo la mano y trató de alejarme de aquel sitio, alejarme de él. Me zafé bruscamente. - Tienes que explicarme esto.

-Doyeon. -escuché a Ong, pero solo lo ignoré. Daniel no sabía qué decir y yo solo lo miraba buscando alguna respuesta, reacción. - Si te quedas con él, me iré.

Lo miré, estaba enojado, lo veía en su rostro. Luego volví a ver a Daniel, él me miraba a los ojos, al fin. Quería contarme, buscaba ser escuchado por alguien, no, solo buscaba ser escuchado por mí.

-Necesito hablar con él.

- Se acabó. - escuché decir a Ong a mi espalda, cerré los ojos. Quise ir a buscarlo, iba a ir detrás de él, pero luego sentí la mano de Daniel en mi hombro. Dijo mi nombre y recordé el porqué me estaba quedando. Necesitaba saber.

-Doyeon.

Lo miré y aumenté la distancia, nos encontrábamos muy cerca.

- Dime.

Daniel dudó y dejó de mirarme, buscaba su mirada tratando de averiguar algo. Después de tanto tiempo, yo quería que me dirigiera la palabra. Vi como sus labios trataban de hablar, pero luego se callaba a los segundos. Él tenía miedo.

  - ¿Ella te engañaba? - pregunté calmada consolándolo, él se veía como un niño en este momento.  Asintió y no dijo nada más. - ¿Por qué no terminaste con ella?

Qué irónico,  él también me engañó, pero yo no terminé con él, yo no quería.Él lo hizo. Ahora Daniel seguro se encuentra en la misma situación, no puede dejarla.

  - Por ti. - respondió. 

  Aumenté aún más la distancia que nos separaba. Debí haberme ido con Ong. No quiero escucharte, Daniel.

  - Mientes. 

Dio un paso hacia mí, ahora yo era la que miraba al  piso. - Claro que no lo hago. -agachó su rostro para ver el mío. - No termino con ella por ti. 

Esa palabra, todo lo que decía no tenía sentido. Después de tantos meses, alcé mi mirada y lo miré sin rencor, lo miré como lo hacía antes de todo, como lo hice cuando lo conocí en uno de los primeros días de secundaria. Cerré los ojos, y solo pensaba y veía a Ong sonriendo. Tomé un suspiro. No puedo con esto, no puedo con él. 

  - Doyeon si tan solo supieras, no me hubieras dejado.

- Quiero saber.-interrumpí sin dudar. Por su rostro noté que no esperaba tal respuesta. 

  - Entra al auto, te contaré todo.