Cómo lidiar con este hombre

Capítulo 18

  Nicolás

- Luces muy guapo hoy Nicolás - Isabelle me saca de mis pensamientos. Debe estar bajo los efectos del alcohol porque sobria no me lo diría a pesar de que es muy sincera - deberíamos bailar digo,  casi todos están bailando - más sorprendido me deja cuando me hace esa invitación, otro detalle de Isabelle ella es impredecible.

No espera mi respuesta y tira de mi a la pista de baile, que conste que no me gusta bailar mucho.

Bailamos al compás de la música, sus manos alrededor de mi cuello y las mías alrededor de su cadera, hago un esfuerzo por no bajar mis manos un poco más y ver que se siente apretarle las nalgas.

Estamos muy cerca y eso no ayuda a mi sistema nervioso, por dentro estoy rezando dos ave María para no tomar a Isabelle llevarla a mi casa y explorar todo eso que esconde bajo su ropa.

¡Dios mio!  ¿Pero que carajos me pasa?  Generalmente yo no soy así.

Hoy mí amigo a sufrido más que nunca no sé si es la falta de un Polvito o la cercanía de Isabelle, Pero nunca había tenido una tensión sexual como la de hoy.

Cuando termina la canción dejo de bailar y la guío hasta la mesa,  si bailaba otra canción las cosas no iban a terminar bien. Y mejor es prevenir que lamentar.

Isabelle empieza a beber unos tragos como si nada pasara mientras yo me limito a tomar una botella de agua que he buscado,  no puedo beber porque no me atrevo a conducir bajo efectos del alcohol.

En unos minutos Mike y Sophie toman asiento a nuestro lado.

Estas mujeres tienen un ánimo increíble no han parado de bromear toda la noche,  me imagino lo bromista que eran cuando jóvenes. 

Ya es tarde y es tiempo de irnos de aquí,  hace poco Mike se ofreció a llevar a Sophie, yo no puedo ser desconsiderado y tampoco pienso dejar que Isabelle se vaya sola,  por lo tanto estoy esperando a que termine su trago para llevarla a su casa. Me dijo que vinieron en taxi por si se pasaban de tragos, mujer prevenida vale por dos.

—¿Me puedes acompañar
al baño? — interrumpe Isabelle mis pensamientos — la observo incrédulo ¿Acaso me ve cara de mujercita ?¿por qué las mujeres nunca van solas al baño? Es como un ritual que tienen todas.

La ayudo a ponerse de pie y la acompaño, cuando llegamos me detengo a observar la larga fila de mujeres que hay, veo a Isabelle negar con la cabeza y se dirige al baño de los hombres sin ningún problema.

Uh-oh, otro detalle de Isabelle, ella está loca.

La sigo y la encuentro frente a un lava manos con la cabeza gacha.

—¿Te encuentras bien? —me preocupo por su estado,  aunque solo se ve que esta un poco pasada de tragos.

— Si, no te preocupes

Se echa mucha agua en el rostro y la ayudo a secarse con un pañuelo que tenía en los bolsillos y salimos de ahí.

La tomo de la cintura y para que no se caiga mientras caminamos hasta mi auto. La ayudo a entrar y le pongo el cinturón de seguridad al entrar yo inmediatamente enciendo la calefacción y ella  la radio . Está mujer ama la música , Tendré que preguntarle si de casualidad quería ser cantante.

Durante todo el camino he escuchado a Isabelle tararear todas las canciones hasta que llegamos a su casa, esta mujer está pasada de tragos pero no es mensa .

— ¿Traes llaves? — cuestiono.

La veo buscar entre sus pechos y saca un llavero y su celular,  buen lugar para guardar sus cosas. Me pasa las llaves y yo me bajo para luego ayudarla a ella.

Después de probar tres llaves encuentro la indicada, abro la puerta  y entramos.

Me dirijo a su habitación que conozco porque la vez que estuve aquí la vi entrar por esa puerta que hasta el momento no me había percato que tiene un cartel que dice las siguientes palabras : Se les agradece no molestar ni entrar sin permiso,  gracias.  En definitiva este es su cuarto.

Con cuidado entro con ella a la habitación e inevitablemente doy una rápida ojeada,  esta muy organizado y no me sorprende,  tiene adornos y cuadros, muchos son de girasoles. Creo que tiene una obsesión con esas flores porque también había en su oficina.

Ella se sienta  en la su cama y la ayudo a quitarse esos tacones que parecen dos torres no  entiendo cómo hay mujeres que soportan caminar con eso.

Mierda...  Esto es un cliché

Me dan ganas de quitarle más que solo sus tacones, pero debo esperar a que sea el momento. ¡Esas nalgas de Isabelle deben ser mía salgan día!

- No pensé que sabias divertirte - mucho había durado el efecto " tranquila y callada " de Isabelle.

- Hay muchas cosas que no sabes de mi. 

- Tampoco pensé que podías ser un buen acompañante y todo un caballero - lo observo seria - ok, ya entendí. Gracias - levanta sus manos rendida y se deja caer por completo en la cama.

- No hay de que.

- Ve  con cuidado y una vez más,  gracias  - la veo cerrar los ojos y me retiro de ahí tomando rumbo a mi casa,  menos mal que no tengo que ir a trabajar.
   
***

Siento a alguien tirar de mis sábanas y abro ojos lentamente para acostumbrarme a la luz ¿qué rayos?

- Rashel - regaño a mi hermana menor, ella es así como un hermano grano en el trasero.

- Qué haces ahí tirado a los doce del mediodía - regaña tal y como mi madre lo haría - deberías estar haciendo algo productivo.

- Rashel ¿Tu que haces aquí?

- No tenía nada que hacer y viene a pasar el fin de semana contigo - se tira en la cama dejándome un sonoro beso en la mejilla - así que levante que tengo planes para hoy y ya estamos atrasados.

Esto no puede ser real, osea yo amo pasar con Rashel pero hoy solo quiero dormir y se que con ella aquí no podre me hará llevarla por lo menos a diez lugares.

Suspiro hondo, me esperan largas días.

— ¿Cómo estas Rashel?

— Estoy algo cansada por el viaje tengo mucha hambre ¿Quieres prepararme algo de comer? — trato de no reírme en su cara, no preparo el desayuno para mi y ahora espera que lo haga para ella.

— Rashel sabes perfectamente donde queda la cocina  así que puedes mover tu hermoso trasero y preparar algo para los dos.

Empieza a quejarse como siempre y me golpea con una almohada, no he visto muchachita más haragana que ésta.

Le hago cosquillas y ella empieza a reír como una loca.

— Nicolás ya para ... Por - por favor para — suplica .

Me detengo un momento — ¿irás a preparar algo para los dos?

— ¡Jodete! — me lanza otra almohada y sale corriendo de mi habitación la sigo escaleras abajo  hasta que doy con ella y la cuelgo en mis hombros y le hago cosquillas una ves más .

— ¡ok , ok!  Haré algo para los dos ya, ya para . — detengo mi ataque de cosquillas  y la dejo en la cocina .

— Tomaré una ducha — le informo

— Te odio —  la escucho decir .

— yo más - le lanzo un beso.

Y dicho esto me dirijo a mi habitación suerte dormí con una bermuda  tengo la costumbre de dormir como Dios me mandó al mundo ¿ se imaginan que Rashel me hubiera visto así? No quiero ni imaginarlo.