Capítulo 35

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Después de que le había dicho a Nicolás que salí del hospital por mi propia cuenta,  el muy terco no tardo ni una hora en llegar a casa. Me sermoneo por lo que hice y claramente yo también lo sermonee por faltar tanto al trabajo.  Y claro como su ego no podía quedar atrás me respondió que el era el jefe y podía faltar cuando y cuantas veces quisiera. 

Pasé toda la semana recibiendo amor por parte de todos, Mary ha estado muy pendiente de mi.  La madre de Nicolás había venido a pasar tres días conmigo brindándome su apoyo incondicional,  mi mamá quería regresar pero le dije que no era necesario. Mike literalmente fue mi Doctor personal todos los días venía a chequear que yo estuviera bien.  Y ni hablar de Sophie , ella hasta amaneció conmigo.  También Louis venía a visitarme todos los días poniéndome al tanto de todo,  absolutamente todo lo que pasaba en la empresa, Frederic fue el único que no vino a verme y tampoco me estoy quejando el no tiene ninguna obligación de hacerlo,  es mi jefe y nuestra relación es profesional, pero de vez en cuando me llamaba para saber como estoy y recordarme que hago falta y que todo el trabajo lo ha estaos haciendo el.

Pero ya ha pasado una semana y media desde que salí del hospital, he llorado un poco desde entonces,  y también he sido muy amimada ,  de hecho,  me atrevo a de decir que me han malcriado y acostumbrado a recibir  mucha atención. Pero ya ha sido suficiente...  Es tiempo de volver al trabajo y continuar con mi vida. 

Bajo del auto y pongo mi mejor cara y mi mejor sonría para saludar a los de seguridad y todos los que me encuentro de camino, me preparo mentalmente para el centenar de preguntas que me harán. 

Pensé que me mirarían de forma rara en cuanto pusiera un pie en la empresa,  pero al contrario,  no he parado de escuchar :

- señorita Isabelle que bueno que ya estas con nosotros. 

- ¡Luces radiante! 

- ya te extrañábamos

Sin saber si lo que dicen es del todo cierto yo les respondo igual y les sonrío a todos como que nada ha pasado,  me dirijo al ascensor para subir al último piso que es donde queda mi oficina.  Y desde anoche me he estado repitiendo lo mismo :

- Vamos Isabelle,  cuando veas a Laura no le grites no la golpees  finge que nada ha pasado - suspiro  antes de repetir las mismas palabras y ver abrirse el ascensor. 

- Ok aquí vamos - hablo una vez más conmigo misma.

Como era de esperarse todos están sorprendidos de verme y me repiten las mismas palabras que ya les había mencionado antes. No se porque les sorprende verme si yo no tenía una enfermedad letal, pero bueno...

A lo lejos veo que Laura está mirándome entre sorprendida y asustada lucho con todas mis fuerzas para no dirigirme hacia ella y reventarla . Pero el impulso puede más que yo y mis  pies se dirigen directo hacia donde ella esta. 

- Isabelle que bueno que estas aquí - se interpone Louis en mi camino y se lo agradezco mentalmente,  no quería armar un espectáculo aquí con la rabia que llevo encima iba arrastrar a Laura por todo el edificio - debiste decirme que venías hoy, hubiera ido por tí.

-  No era necesario,  lo importante es que ya estoy aquí. - sonrío de forma cortés mientras el me sigue a mi oficina. 

- No sabes lo emocionado que estará Frederic de verte aquí,  ha estado más gruñón que de costumbre y a mi me tiene sin fuerzas he tenido que hacer todo tu trabajo- ¿ya les  había mencionado lo chismoso que es Louis? - pensándolo bien deberías de darme un veinte por ciento de tu sueldo - Inevitablemente suelto una carcajada -  no es gracioso en tu ausencia he tenido que hacer en una semana lo que me tomaría un mes - Se queja. 

Cómo lidiar con este hombre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora