❝cheta❞

doce

Isabella.

sus manos bajaron hasta mí culo y lo apretó.

una llave en la cerradura de la puerta se escuchó y me separé de él rápidamente.

— ¿qué hace el acá?— preguntó mí mamá mirándolo de arriba abajo.

mí papá miró la escena y negó con su cabeza.

— El... ¡el me estaba acosando!— hablé y me alejé más de él.

Ignacio me miró con cara de confundido.

— ¡te vas de acá!— le gritó mí mamá.— Andate o llamo a la policía.

— Ignacio. por favor. Retirate.— dijo mí papá.

— por personas como vos, hay que vivir en un Country.— mí mamá lo miró con desprecio; Ignacio rió y caminó hacia la salida.— hay que matarlos a todos.

mí mamá se acercó a mí y agarró mí cara entre sus manos.

— ¿estás bien?— preguntó.— ¿te hizo algo?

negué.

— Estoy bien.— hablé.

— Creo que es hora de que vayas a descansar.— mí papá apoyo su mano en el hombro de mí mamá.

ésta asintió; me sonrió y subió las escaleras.

suspiré y senté en el sillón. Perdón Ignacio.

— ¿estás segura de que estaba acosando?— preguntó mí papá

— ¿Desconfias de mí?— lo miré

éste se acercó y se sentó al lado mío.

— No, claro que no. Pero a lo que me refiero es a qué; yo sé que él estaba actuando bajo tu consentimiento.— Acarició mí pelo.

— estás alucinando.— me paré.

— y vos te estás enamorando.— se cruzó de brazos.

— yo jamás me enamoraría de una bestia.

— yo dije lo mismo, y me casé con tu mamá.— rió.

rodé los ojos.

— no está mal de que te enamores de una persona que no es de tu clase.— se paró.

— yo no estoy enamorada. El viaje te afectó, bastante.— me dirigí hacia las escaleras.

— ya te quiero ver peleando con tu mamá para que ese chico pueda entrar acá.— rió.

subí las escaleras y entré a mí pieza.

Ignacio.

¿cómo pudiste haberme hecho eso? con todo lo que te ayudé. ¿sabes qué? yo seré de todo, pero menos eso.

déjame explicarte.
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me marcó una sola palomita; Ignacio me había bloqueado.

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