❝cheta❞

seis

n/a; le cambié el título a la historia porque quize y pude, ahre.

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isabella.

salí de bañarme y me cambié.

terminé de peinarme y me miré al espejo, vi la campera de Ignacio me di vuelta y la agarré.

la acerqué hacia mí y sentí su olor.

— Isa ¿ya bajas?— preguntó mí papá desde el otro lado de la puerta.

— Si, en un momento.— hablé.

dejo la campera sobre la silla y bajé a desayunar, hoy no tenía que ir al colegio, así que me podía tomar todo el tiempo que quiera.

— llamó Camila.— habló mí mamá.— dice que en media hora está acá.

— Hija.— mí papá.— El viernes, mañana, con tu mamá nos vamos a Punta del Este.

— por nuestro aniversario.— le siguió mamá.— Dos días nomás.

asentí.

— Entonces... que les vaya bien.— reí.

(...)

— y ¿que pensas que te va a pedir?— preguntó Camila.

—  no sé.

— Plata, seguro.— le dió una cucharada a su helado.

me encogí de hombros, la verdad, no tenía ganas de gastar mí tiempo hablando de él.

— mis papás se van a Punta del Este, te quedas, ¿no?— la miré.

— Obvio .— rió.— ¿me acompañas a mí casa? así busco plata y vamos al shopping.

déjamos las cosas en la cocina y Salimos.

— está refrescando.— hablé sobando mis brazos con mis manos.

Camila asintió.

llegamos a su casa y se escuchaba música, fuerte e intendible.

— son los bestias de los vecinos.— abrió el portón.— ¿esperas acá?— Asentí.

Camila entró a su casa y me di la vuelta, aún abrazándome a mí misma, mirando hacia la calle.

la música bajó un poco y unas risas  se escuchaban cada vez más cerca.

— después nos vemos bombón.— una chica con flequillo besó a Ignacio.

— chau.— le sonrió.

Que incómodo.

— ¿que haces acá solita?— preguntó el chico.

— no te interesa.— lo miré.

— encima que te salvo de que te caguen matando.— negó.— la próxima les digo que lo hagan.

suspiré.— está bien, perdón.— rodé los ojos.— estoy esperando a mí amiga, ¿contento?

Ignacio me sonrió y volvió a enterar a su casa.

suspiré de alivio y vi a Camila salir de su casa.

(...)

me encontraba con mí familia, sentados en el sillón.

— me contó un pajarito que hablaste con el bestia menor.— habló mí mamá sin despegar su vista del celular.

— si, pero fue un Hola y chau.— la miré.

— no quiero que te acerques a ninguno de ellos, ¿está bien? es por tu bien.

asentí.

— Está bien, no lo voy a hacer más.— rodé los ojos.

a todo ésto, mí papá no dijo una sola palabra.

— me voy a dormir.— me paré.

llegué a mí habitación y agarré mí iPhone.

Ignacio
en línea

¿estás?

¿te importa?

pensé que había todo bien, linda.

pensaste mal

vas a ser mía, ya vas a ver.

¿en que mierda me metí?

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