IX

516 45 3
                                    

- Debe descansar su Alteza -

- yo...yo cumplí, le cumplí al rey y al pueblo. Ahora...ahora podemos
irnos? -

Lo abrace aún más fuerte, dolia, dolia cada palabra que decía, lo peor era que aún no podíamos irnos y que aún faltaba mucho para al fin estar juntos. Sus lágrimas se detuvieron y cayó dormido en mis brazos, la sábana que lo cubría aflojo su agarre dejando al descubierto marcas de heridas por la piel que dejo descubierta. Cuando al fin crei que nadie estaba viendo u oyendo pude llorar, pude sacar toda la frustración que tenía guardada hace ya muchos años, tanto que mojaba la piel desnuda de mi príncipe.

Lo lleve a su cama y llame al sirviente personal del príncipe.

- Necesita darse un baño, hace un momento cayó inconsciente, esta muy cansando. Cuando despierte lleva medicina para curar sus heridas y un teé para el dolor - indique

El sirviente quedó algo asustado pero se apresuró con el encargo, por mi parte salí con rumbo al pueblo para comprar medicina para el príncipe, si se le informaba al cuerpo médico del Palacio el Rey podría quedar mal visto por las heridas causadas a su esposo en su noche de bodas, era cierto que esas cosas pasaban en una pareja heterogénea pero si no se estaba familiarizado con una relación homogénea podría causar daños mayores.

La campanilla aviso, al dueño de la tienda, que un cliente acababa de entrar.

- Muy buenos días -

Un hombre de avanzada edad salió del fondo de la tienda.

- Muy buenos días en que lo puedo ayudar - saludo con amabilidad el anciano.

- vengo buscando un tipo de ungüento que alivie el dolor - dijo Taiga mirando las pequeñas botellas que ocupaban los estantes.

- oh se golpeó en la cabalgata de venida mi señor? -

Pregunto el hombre mientras revisaba un estante tomando uno de los frascos.

- mmm algo así - contestó dudoso, lo cierto es que no sabía como se encontraba ese "sitio"

- la zona se encuentra inflamada? - volvió a preguntar sacando otro frasco.

- emm si... -

- es una herida o un golpe -

- disculpe? -

- de una herida brota sangre y en un golpe no - explicó para que el hombre supiera que tipo de lesión causaba el mal.

- es una herida - se apresuró a decir, esa mañana había visto fugaz las manchas de sangre sobre las sábanas.

- Muy bien, toma es un un aceite, debe aplicarlo dos veces al día y tome estas hierbas, son para disminuir el dolor.

- gracias -

Depósito unas monedas de oro en las arrugadas manos del hombre para salir y retomar la cabalgata de vuelta al castillo, al llegar dejó el caballo a cargo de uno de los sirvientes, no tenía tiempo que perder pero no era el único que pensaba de esa forma, Takao llegó corriendo agitado, su rostro era pálido y comenzó a gritar angustiado.

- donde se metió! venga rápido! -

Una sensación desesperante invadió el pecho de Kagami, tal vez sucedió algo con su Alteza mientras el no estaba.

- Que paso - su voz salía agitada por la maratón infringida que estaban teniendo.

- Lo lleve a darse un baño, sólo fui por sus ropas y cuando volví, la habitación estaba cerrada, me ordenó buscarte y traerte con el. Nadie debe enterarse de este incidente -

Ambos llegamos a los aposentos del príncipe, me apresure a golpetear la puerta en busca de su respuesta.

- Alteza? Se encuentra bien? -

Nada...

- hágase a un lado, voy a partir la puerta -

Di unos pasos atrás para tomar velocidad pero antes de arrancar el príncipe abrió la puerta vistiendo un camisón de seda blanca trataba de mantenerse en pie, había interrumpido su sueño.
El primero en correr a el fue Takao.

- su Alteza se encuentra bien? Estaba muy angustiado -

Aparte al sirviente de su lado, lo tome en brazos para devolverlo a su cama.

- donde fuiste Taiga...crei Que te quedarías con migo -

- Lo siento pero debía arreglar unos asuntos en el pueblo y lo deje al cuidado de Takao pero veo que no le gustó la idea - con disimulo me acerco a su cuello para aspirar un poco de su embriagante aroma, me hubiera encantado quedarme de esa forma pero sabía que teníamos compañía. Ambos miramos de reojo al "intruso"

- Puedes retirarte Takao - ordenó el príncipe, el mencionado se mostró incómodo por la reciente orden, era incorrecto dejar a la esposa del rey con otro hombre, además de el.

- pero su Alteza - refuto.

- estoy bajo la custodia de mi caballero, confio plenamente en el -

Ordeno tajante.

- co como ordene - depósito las ropas sobre la cama e hizo una reverencia antes de marcharse - aquí dejó el cambio de ropa para su día, me retiro -

No me moví hasta que la puerta se encontraba cerrada y sin testigos.

- Su Alteza, debemos ser más discretos o podrían descubrirnos  -

- todo tiene un precio y yo he pagado muy caro el tener algo de poder, nadie podrá desafiarme, nadie podrá desafiar al esposo del rey -

Su mirada oscurecida y la frialdad de su voz no era propio de su carácter, algo en el fondo de su alma había cambiado y yo sólo me quedé mirando como su dulce sonrisa se desvanecia.

MI MALDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora