XIV

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Los árboles delineaban el camino con  sus hojas secas que caían con el mecer del viento, el otoño había llegado y la temperatura comenzaba a bajar haciendo tiritar al bosque. El trote del caballo perturbada la paz del ambiente alzando polvo a cada paso, pero no era el único sonido ahí, los gritos de Tetsuya hacían eco a lo lejos.

– ya bajame! - decía molesto - hemos cabalgado por mucho, cuanto más piensas avanzar –

La velocidad del caballo fue disminuyendo y solo el gran  "Oh!"  que exclamó Kagami lo detuvo por completo.

– a donde me has traído  –

Kagami sonrio y bajo del animal, se estiró un poco y ofreció ayuda a su soberano para descender.

– yo puedo sólo! no soy una princesa en apuros – dijo indignado por aquel acto.

Pero el animal era muy grande y sus piernas no alcanzaban el suelo, su transporte siempre implicó una carreta arrastrada por caballos pero nunca se subió a uno, así que le era bastante difícil. El contrario sólo miraba mientras detenía al animal para que evitar que se moviera mientras Tetsuya intentaba bajar.

– permítame ayudarlo –

– dije no! –

Ignoro la orden e ignoro el berrinche, , se acerco depacio y con cuidado tomo la cintura del más bajo  dejándolo de pie sobre el suelo.

– espero no haberlo ofendido, pero el caballo comenzaba a inquietarse – mintió.

Mientras a tetsuya lo invadia la rabia, él ato al caballo en un tronco grueso para que no escapara. - su alteza perdonara el atrevimeinto, no volvera a pasar -

Tetsuya estaba molesto y no pretendía ocultarlo, el peor castigo que detenía el pulso de Kagami era aquella mirada fría como el hielo que le congelaba el pecho.

- Que pretendias al traerme a este sitio - hablo molesto - quieres que nos corten la cabeza? Ó acaso piensas secuestrarme -

Pero no respondió, no podía, la tristeza en su corazón se hacía presente y así no podía hablar.

- habla ya, es una orden  - insistió, pero nada - si vas a desobedecer es mejor que me devuelvas al Palacio, debo ocuparme de mis obligaciones y así sólo  me causas problemas -

Se dispuso a caminar de vuelta al Palacio, aún si debía hacerlo a pie, pues no podía tardar más por los ojos que estaban pendientes de sus actos a cada paso, pero la mano envuelta el su muñeca le impidió avanzar más.

- Que es lo que quieres! Deja ese comportamiento ahora o...-

No pudo seguir hablando, sus labios estaban ocupados por los de Kagami pero de inmediato fue forzado a corresponder aquel acto impuro, su mente decía no pero su corazón inundaba sus sentidos. Las manos de Kagami aprisionaron su delicada cintura acariciandola insaciablemente.

- mmhhg...ah...-

Los besos fueron bajando hacia el espacio en su cuello hasta la parte, que con mucho esfuerzo, ahora descubierta del hombro. Su piel de perfecta porcelana exitaba a Kagami, ninguna mujer podría igual tal belleza.

- no...dentente... - repetía pero Kagami no dejaba en paz su ropa, dejando besos por cada parte que lograba descubrir.

- basta...ya basta -

La excitación cego su razón tirando con brusquedad la ropa que cubría tan exquisita piel, algunos broches saltaron y parte se la tela quedó desgarrada.

- dije que basta!!! -

El golpe en su mejilla lo ayudo a despertar, los ojos que tanto amaba se encontraban cristalizados y las manos le temblaban. No sabía lo que estaba haciendo, el deseo de poseer a la persona amada era inevitable pero esta vez se habia sobrepasado y le había hecho daño en el proceso de demostrar esos sentimientos que día a día mo mataban desde que se conocieron.

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