La diosa Luna le concedió el poder espiritual más grande de este mundo y para mantener vivo su linaje deberá de ceder ante su único hermano para traer al mundo un un heredero, que además será de sangre pura, también dirigirá el reino de Kert.
Pero s...
Paso mucho tiempo desde que vio la luz, había colapsado después de ser atrapado y ser llevado de nuevo al castillo. Reconocía a la perfección ese lugar, era la alcoba de su padre, aunque ahora era de Seijuro.
- Agua...traiganme agua -
Un vaso fue llevado directo a sus labios.
- No es forma de tratar al rey querido - Tetsuya volteó a ver al contrario. Era Seijuro - Pero también soy tu hermano, te lo dejaré pasar por esta vez -
- Seijuro... - dijo molesto - porque me trajiste aquí -
- Cometiste un error al escapar del castillo -
- Eso no idiota, porque no me llevaste a mi alcoba y en cambio me trajiste a la tuya -
- Ese lenguaje no es propio de la realeza Tetsuya, soy el rey y tu mi esposo, eres mío por derecho y puedo hacer contigo lo que me plazca -
Tetsuya rodo los ojos, estaba harto de escuchar esas palabras, estaba cansado de servir a alguien más y ser quien baje la cabeza. Pues no más! También era el hijo de su padre y como tal, también merecía respeto.
- Quiero estar sólo, vete -
Seijuro fruncio el ceño, pues jamás antes nadie lo trato de esa forma tan irracional.
- No puedes... -
- Si puedo! Ya no más Seijuro, voy a cambiar las cosas aquí! Tienes dos opciones, darme el lugar que merezco o matarme. Con cualquiera estaré bien, la muerte no me asusta - dijo desafiante, está vez nada ni nadie lo detendría.
Seijuro quedó impresionado, no se quedó para evitar un escándalo. Cuando Tetsuya estuvo sólo al fin pudo llorar tranquilo, necesitaba recuperar a sus pequeños, debía alimentarlos como la madre que era. Esta vez no le rezo a su Diosa, estaba dispuesto a revelarse contra sus deidades y les demostraría que podía cambiar el destino, el suyo no, era muy tarde para cambiar el suyo, en cambio podia cambiar el de sus pequeños.
Su cuerpo mejoraba día con día, ya podía caminar libremente por el castillo, la primera orden fue construir una cabaña dentro del territorio del Palacio, pero lo más alejado posible de este, el por qué o para que no era claro.
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Al fin, fue muy peligroso pero al fin fue capaz de escapar.
Caminó por días sin provisiones, ya que no pudo reunirlas debido a la dificultad del escape, y con él sólo traía una daga que usaba para cazar conejos y algunas aves.
De repente escuchó pisadas, estaban muy cerca, como fugitivo debía tener cuidado de no ser visto por nadie y optó por esconderse entre los arbustos.
- Tiene hambre -
Comenzó a hablar uno de ellos, tal vez sólo era gente del lugar.
- Como lo sabes si él jamás llora -
- No lo sé, pero debemos cuidarlos, de lo contrario su Alteza podría destruir el mundo si algo les pasa -
- En verdad es tan poderoso? -
- Su magia es increíble y también es muy hermoso, incluso más que una mujer -
Lo último llamo la atención del pelirrojo escondido entre los arbustos, se asomó para ver de quien se trataba y en efecto, el conocía a uno de los pelinegros, era el sirviente se Tetsuya, en sus brazos cargaba un bulto al igual que su acompañante. ¿Qué hacia tan lejos del reino de Kert? Acaso Tetsuya fue en su búsqueda? Y si era así ¿dónde estaba? Muy pronto esas preguntas serían contestadas.
- alto ahí - dijo a sus espaldas - suelten todas sus armas y pongan las manos donde pueda verlas.
Ambos, atemorizados de lo que pudiese pasarles a los bebés hicieron lo pedido, a excepción de lo último.
- No somos peligrosos, traemos dos bebés en brazos y no podemos soltarles-
- dense vuelta -
Los dos obedecieron, la sorpresa de Takao no se hizo esperar.
- Señor Kagami - dijo emocionado.
Pero el pelirrojo no parecía muy contento de verlo, más bien parecía buscar algo con la mirada.
- Donde está Tetsuya -
Era lo único que le importaba verdaderamente, sólo quería verlo y tenerlo en sus brazos, pero uno de los bultos comenzó a llorar.
- Qué es eso -
- Es un burro que nos encontramos por el camino y era tan lindo que lo intercambiamos por su majestad - dijo Takao sarcástico.
- Qué hicieron que!!! -
- Claro que no, son recién nacidos. Su majestad nos pidió cuidarlos -
- Qué le sucedió a Tetsuya -
- Vinimos a rescatarte pero...- hizo una larga pausa antes de continuar, tal vez no era el indicado para contarle sobre los niños, pero no se merecía una mentira - Su Alteza estaba esperando a los hijos del rey...despues de todo ese era su...deber -
Cuando Takao terminó de explicarle como fue que se separaron y el porque continuaron, Kagami se tomó un tiempo para pensar.
El fue testigo de la noche de bodas de su amado, oyó cada lastimero gemido de dolor. Tal vez sería mejor dejarlo ir de una vez, ya era demasiado tarde para recuperarlo...si tan solo lo hubiera llevado lejos cuando pudo, si sólo jamás lo hubiese conocido en este momento no estaría llorando en silencio.
¿cuanto debía sufrir para ser feliz? ¿cuanto más tendría que rezar para que los dioses le respondieran, que, por fín Tetsuya sería de él?
No comprendía...siemplemente no lograba entender. Por más golpes que daba a los troncos, no tenía respuesta.
Bueno pues, aquí con otro capítulo. Se que es corto pero hice dos 😁 jejeje
Si les gustó déjenme ya estrellita y si no...pues dejen un comentario expresando su desdén jajaja