MI MALDICIÓN

IV

"Incluso cuando piensas que tienes toda tu vida trazada, ocurren cosas que dan forma a tu destino de maneras que nunca podrías haber imaginado." Deepak Chopra

- feliz cumpleaños -

- gracias...nana -

- se encuentra todo bien príncipe? No debería verse triste el día de su cumpleaños número  10 -

- no es nada...-

Lo cierto era que no veía a su hermano hace 4 años, cuatro largos años en los que sólo llenaron su vida de reglas, obligaciones, tareas y entrenamiento, sólo podía descansar en eventos especiales, como cumpleaños y Navidad.  Su padre sólo había venido 3 veces para ver los avances que había tenido desde su partida y siempre que preguntaba por su Seijuro le respondía que estaba ocupado.

- Atención! Su majestad, el Rey. - se anunció de pronto, entrando majestuosamente, su padre.

- Tetsuya -

- Padre...no sabía que vendría - una leve reverencia por parte de su hijo, una muestra de respeto que entre ellos era mas común que un abrazo.

- solo vine a dejarte un presente - el Rey realiza un tipo de señal con sus manos y la puerta es abierta nuevamente.

Un niño de aproximadamente 11 o 12 años ingreso a la sala, su vestimenta estaba algo sucia, sus ojos parecían muertos, sin brillo alguno que los cubriera.

- el es Kagami Taiga aparte de hoy, él será tu protector, su único deber es serte fiel -

No hubo respuesta del más pequeño, solo pensó en que se veía algo triste y abatido, así que sin mala intención se acercó al pelirrojo.

- Hola, soy Tetsuya de Kert -
La inocente sonrisa de la persona que lo estaba saludando iluminó su mundo gris.

- yo...soy Kagami Taiga de... -

Pero detuvo su oración. Lo trajeron de un pueblo lejano, al que, la guerra por territorio, había devastado y entonces lo vendieron y esclavizado hasta acabar ahí. Ahora tenía una razón por la cual lucharía aún si entregar su vida sería el precio.

- mucho gusto Kagami, espero que seamos amigos -

Al fin ambos sintieron que no estaban solos, se tenían el uno al otro.

Kagami fue entrenado para servir y proteger.

Cuatro años despues....

- su Alteza! Su Alteza! Donde fue... -

- los odio hip odio esto...-

- su Alteza? -

- déjame sólo! No quiero ver a nadie -

La razón de su llanto era el mensaje que llegó desde Palacio, que dictaba el compromiso entre el y su hermano. Al leerlo salió corriendo a su refugio, el camino era algo largo y nadie más lo conocía, una solitaria cascada en la profundidad de los bosques que rodeaban al Palacio de campo. Muchas veces había escapado pero nadie jamás logró encontrarlo, había pasado tiempo desde que sentía ese dolor en su pecho pero hoy había vuelto.