Capítulo 24

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El sonido de un teléfono desvía mi atención que hasta ahora, estaba fija en el rostro durmiente de Candy. 

— Hunt. — contesto.

— Alex, madre mía, no sabes lo que he hecho para conseguir este teléfono. ¿ Por qué no atendeis a todos los teléfonos? ¿ Donde está Candela? — pregunta una preocupada Callie O'Donovan al otro lado.

— Dormida. — susurro mientras me incorporo en el sofá, dejando a la bella durmiente tumbada sobre mi regazo. — ¿ Qué pasa ? 

— Pasa que el aplazamiento era de 24 horas, Hunt. Pero al estar detenida la parte demandante, esperaba que la sentencia tardara un poco más... 

— ¿ Qué tratas de decir? ¿ Ya se va a dictar sentencia?

— Mañana. En teoría debía haberse dictado hoy, pero tengo noticias para vosotros, Alex: resulta que Aguilar va a salir en las próximas horas, si no se encuentran pruebas vinculantes. Resulta que no hay nada irrefutable que lo sitúe como asesino de esa muchacha. Por otro lado, al parecer, su abogado, el señor Reinfield, acaba de dimitir, dejando el caso a otro abogado, un tal señor Knowles.  

— Vale, stop. Demasiada Información. ¿ Que va a salir? ¿ Cómo coño va a salir? Está acusado de asesinato, joder.— exclamo mientras me paso la mano por el pelo...hacia delante...hacia detrás...

" Mierda. Jodida mierda".

—Técnicamente no es una acusación formal. Digamos, que la acusación debe demostrar que él es culpable de un asesinato. Mientras tanto...es sólo sospechoso de un " supuesto". Y parece ser que nuestro inspector no cimentó bien esa acusación. Bien. El tema de esta llamada no era causaros desasosiego. A ver...volvamos al tema. Mañana a las 9 y media de la mañana tendréis que personaros en los juzgados. Yo iré unos minutos antes, pero quería que Candy estuviera preparada para encontrarse con él. Mira... con todo lo que ha pasado, estoy segura de que la sentencia será favorable. Y si no lo es, podemos apelar, tranquilos.

Con un fuerte suspiro vuelvo la mirada a mi regazo, para descubrir que Candy ya no duerme su siesta, De un salto, se sienta en el otro extremo del sofá, y ahora ya no hay contacto físico entre los dos.

— ¿ Alex? ¿ Es por Máximo? ¿ Quién...quién es? — pregunta preocupada con un hilo de voz mientras frunce el ceño y una sombra de desesperación cruza su mirada. 

Mierda.

— Callie... Mañana estaremos allí. Tengo que dejarte. — Tras pulsar la tecla de colgar dejo caer el teléfono en el sofá de color crudo, para acercarme a Candy.

— Cielo... Mañana se dicta sentencia. Y...Aguilar va a estar presente.— " Cuanto más rápido se retire la tirita, antes pasará el dolor". 

— ¿ Qué? Pero él... — un suspiro abandona su cuerpo.— Yo...No va a ganar. ¿ Verdad? No va a ganar. — frunce los labios con un gesto de determinación.

— No, dulce. No va a ganar. No lo dejaremos.

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9:30 a. m. Callie lleva uno de sus trajes de falda de tubo y altos louboutin negros. Nos recibe en las escaleras a Candy y a mí. Intuyo la pregunta no formulada, y antes de darme cuenta, le informo que Big T está en camino, con su propio coche.

— Oh, lo sé. Es decir, me figuré que vendría. ehm.... ¿Qué tal estás Candela?— contesta nerviosa la abogada.

Por extraño que parezca, Candy es la más relajada de nosotros tres. Eleva una ceja ante el comentario de Callie, y esboza un amago de sonrisa que no contiene ni pizca de diversión.

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