Sonrisas era lo único que Sasuke podía dejar escapar, sonrisas que las yemas de Naruto sacaban al rozar su espalda desnuda en el lecho de su cama. Al menos, el sexo entre ambos funcionaba perfectamente y parecía que empezaban a coincidir en muchas más cosas. Poco a poco, iban congeniando, amándose pese a ser de dos culturas diferentes.
- ¿Has estado a gusto esta noche? – preguntó Naruto recostado a su lado.
- Sí. Gracias por permitir que mi hermano se quedase a ver la ceremonia.
- Es de la familia – sonrió Naruto – y verte feliz es importante para mí.
- Naruto... yo... no sabía lo de la tradición de la casa. Creí que viviríamos aquí en el tipi y...
- Sasuke, no pasa nada. El tipi sólo es algo provisional. Cuando éramos nómadas, había que desplazarse grandes kilómetros tras las presas, así que los tipis eran fáciles para desmontar y montar, podíamos desplazarnos con ellos, pero una vez nos volvimos sedentarios, no es una forma de vida que queramos perpetuar. Es lógico que hagamos casas más duraderas.
- Pero yo podría ayudarte.
- La tradición dicta que tras el matrimonio, el esposo va a vivir con sus suegros hasta que pueda construir la casa con sus propias manos – dijo Naruto – pero ni tú eres una mujer, ni tu padre nos habría dejado ir al fuerte, así que... tuve que romper un poco la tradición. Monté el tipi como algo momentáneo hasta que construyera nuestra casa.
- Quiero ayudarte. Como bien dices, soy un hombre, quiero poder ser útil.
- Y yo te lo agradezco, pero es algo que debo hacer yo sólo.
- ¿Por qué? ¿No confías en mí?
- Claro que sí, pero es una tradición de mi pueblo. Mi padre me enseñó a construir, creo que le debo un respeto y hacer esto solo, como es la tradición. No quiero fallarle, ni a él ni a ti. Me encanta que lo propongas, y sé que serías de gran ayuda, pero...
- Lo entiendo – dijo Sasuke finalmente – lo siento, sé que es algo tuyo.
- Muchas cosas las haremos juntos, Sasuke, hasta iremos a cazar cuando tu brazo se recupere, pero... la casa es algo mío. Una vez hecha, si quieres puedes ayudarme a remodelar lo que no te guste – sonrió Naruto.
- Está bien. ¿Y lo del inglés? – preguntó Sasuke.
- ¿Konan te lo ha contado? Quería que fuera una sorpresa, pero la verdad es que aprendo despacio. Lo mío son las cosas de acción, no las cosas de memorizar.
- Me han dicho que el rito de iniciación no es tal y como lo cuentas – sonrió Sasuke.
- Sasuke... es mejor que haya cosas que no sepas de nosotros o nos llamarías primitivos o bárbaros como lo hace tu gente.
- Dicen que os mutiláis.
- El dolor es algo pasajero y es normal en nuestra cultura. En la danza del sol es algo normal. Ya lo verás, aunque no tienes por qué hacer nada.
- Quiero saber tu prueba, toda ella. Dijiste que cazabais un bisonte, a solas y medio drogados.
- Algo así – sonrió Naruto – esa parte es cierta, también tenemos otra prueba de la que no se habla. La primera noche, tu padre te lleva al bosque, te sienta junto a un tronco y te venda los ojos. Tenemos que pasar una noche entera allí solos, sin movernos, sin abrir los ojos. Te aseguro que es la peor noche que he pasado en mi vida. Los ruidos del bosque son aterradores, no sabes qué te acecha, ni si morirás, no puedes moverte.
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Pequeño cuervo (Naruto: Naru-Sasu)
FanfictionUn intercambio... eso había sido Sasuke Uchiha, le habían intercambiado por la vida de su hermano y ahora estaba atrapado en un poblado indio, con sus costumbres, con un nuevo idioma que no comprendía, con un esposo al que no podía entender, en una...