Sasuke observó cómo el arco le apuntaba directamente a él, no sólo el del hombre que parecía liderar aquella incursión, sino el de todos sus hombres. No podía disparar a todos, caería antes de lo que lo hiciera, pero si iba a caer, se llevaría precisamente al que parecía más importante con él, por lo que apuntó directamente a la cabeza del líder.
- ¿Te atreves a apuntarme? Si disparas... estás muerto – le dijo con una sonrisa.
- Tú también – le dijo con seriedad Sasuke.
- ¿En serio crees que puedes acertar? Tengo entendido que los blancos no saben hacer nada sin sus armas de fuego.
- ¿Quieres comprobar mi puntería? – preguntó Sasuke – por mí encantado. Tu cabeza es como un melón y estás a pocos metros de mí, la atravesaré como si nada. Lástima que luego no pueda quitarte la cabellera para demostrar lo que hice – le sonrió Sasuke dándole a entender que sabía sus costumbres.
- El chico tiene genio – sonrió el líder, haciendo reír a todos los demás - ¿No te ha domado bien el "nueve colas"?
Aquel gesto que hizo con su cintura y la risa de los demás, le dio a entender a Sasuke que hablaban de sexo, como si sintieran que era una burla que se dejase penetrar siendo un hombre también.
- Él es el único que se ha ganado el derecho a montarme – le agregó Sasuke deteniendo todas las risas – supongo que no hay ningún guerrero prometedor aparte de él. Sólo "nueve colas" me montará las veces que quiera. ¿Celoso por no poder domar ni a la más sumisa de vuestras yeguas? – sonrió Sasuke burlándose esta vez de él – al menos el "nueve colas" es capaz de montar a sementales indomables.
Aquellas palabras fueron directas al orgullo del indio. Lo notó enseguida por cómo cambió el gesto de su cara y el de todos los que allí le rodeaban. Durante aquel último año en la tribu, había aprendido demasiadas cosas, sabía que solían reírse del plano sexual, que era algo importante para su orgullo, de hecho... se habían reído tantas veces de él por dejarse montar, que aprendió el sistema de cómo devolverles el golpe. Ya nadie había vuelto a cuestionarle en su tribu, pero ellos... parecía que necesitaban aprender que nadie se reiría nuevamente de él o de su esposo.
Enfadado como estaba con las palabras de ese blanquito que no debería estar en sus tierras, bajó el arco y desmontó de su caballo para poder ir hacia él. Sasuke no bajó su arco, tampoco destensó la flecha y menos cuando todos los demás seguían apuntándole.
- Bajo las patas de los caballos – le susurró Sasuke a Menma en su espalda – en cuanto se acerque a mí, todos me están apuntando, así que corre y pasa bajo las patas del caballo. Busca a los nuestros.
- Pero...
- Sin réplicas. Sólo hazlo.
No era que la idea le gustase, no quería dejar a Sasuke solo allí con esos indios, pero tampoco quería llevarle la contraria. No podía hacer mucho para evitarlo y sabía el mal carácter que tenía Sasuke cuando se enfadaba y ahora... lo estaba. Quizá sólo Naruto habría sido capaz de relajarle en momentos como estos.
La idea de dispararle para que dejase de acercarse a él cruzó su mente, pero también sabía que si disparaba... estaba muerto. No podía hacer algo así mientras Menma siguiera a su espalda o las flechas podrían alcanzar también al pequeño pese a que él estaba en el centro de aquel círculo de hombres a caballo.
El arco cayó al suelo al recibir el primer puñetazo y, aunque él perdió el equilibrio, sonrió al darse cuenta de que sus hombres no dispararían ahora mismo, su líder había quedado en ridículo y debería solucionar el problema de su honra él mismo. Tocó con el dorso de su mano su labio, sangraba ligeramente pero nada importante. Menma se acercó preocupado por él, pero Sasuke le empujó directamente contra las patas de un caballo para que hiciera lo que le había pedido mientras se ponía en pie y se abalanzaba contra aquel indio, cogiéndolo de la cintura y derribándolo al suelo.
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Pequeño cuervo (Naruto: Naru-Sasu)
FanficUn intercambio... eso había sido Sasuke Uchiha, le habían intercambiado por la vida de su hermano y ahora estaba atrapado en un poblado indio, con sus costumbres, con un nuevo idioma que no comprendía, con un esposo al que no podía entender, en una...