Capítulo 20: Tradiciones

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Naruto observaba cómo el médico movía el brazo de Sasuke pese a las muecas que ello producía en el rostro del moreno. Se notaba que le dolía, había estado unas semanas en la misma posición, sin apenas moverlo para que todo cicatrizase bien y la diminuta fisura que la bala le había hecho, soldase perfectamente.

Su medicina no era tan "moderna", ellos utilizaban hierbas medicinales que encontraban en los bosques y que molían para hacer pastas con ella, a veces... incluso mascaban las hojas de algunas plantas medicinales, pero no todos las conocían, para ello tenían al hombre medicina de la tribu. Naruto simplemente miraba al médico y a Itachi, sentados frente a Sasuke.

- Ay, ay, ay – escucharon el quejido de Sasuke cuando el médico estiró algo más su brazo, consiguiendo que Naruto se moviera nervioso – estoy bien, Naruto – dijo Sasuke frenando a su esposo, quien no entendía del todo lo que ocurría y sólo escuchaba que le hacían daño.

- Tienes que empezar a mover el brazo, Sasuke – le comentó el médico – voy a mandarte unos ejercicios para que vaya cogiendo de nuevo la movilidad y algo de fuerza. Primero nos centraremos en que puedas moverlo como antes y luego, empezarás a ir cogiendo cosas, cada vez con algo más de peso.

- Vale – le agregó Sasuke – no hay problema. Estoy deseando volver a la normalidad.

- Seguro que lo harás pronto. Ha cicatrizado muy bien. En pocas semanas estarás como nuevo, estoy convencido de ello. Voy a ir a recoger las cosas para marcharme.

- ¿Qué vas a hacer tú? – preguntó Sasuke a su hermano.

- Imagino que me iré también. Tengo algunos hombres acampados en el bosque.

Sasuke miró hacia su esposo, casi como pidiendo el consentimiento para que se quedase aquella noche con ellos y pasase la fiesta allí. No hizo falta hablar para que Naruto entendiese esa mirada, sabía cuánto adoraba a su hermano y que las despedidas le costaban.

- Puede quedarse si quiere – comentó Naruto – mientras no interfiera en las tradiciones.

Una sonrisa fue lo que mostró el rostro del moreno, esas sonrisas que amaba e hipnotizaban al rubio. Itachi no podía entender nada, pero aun así, era consciente de la complicidad que ambos tenían. Al ver salir a Naruto, entendió que todo lo que había visto de movimiento en el poblado era por algún motivo nada cotidiano.

- ¿Por qué no te quedas esta noche y mañana vuelves al fuerte? – preguntó Sasuke.

- No quiero molestar, Sasuke. No creo que les guste mucho nuestra intrusión.

- No es una intrusión, eres mi hermano y ellos lo saben.

- ¿Qué hay esta noche?

- Una ceremonia de matrimonio. Naruto está de acuerdo en que puedes quedarte mientras no te involucres en las tradiciones.

- ¿Por qué iba a involucrarme? – sonrió Itachi.

- Porque... son un poco extrañas. Créeme, lo sé bien. Me casé con él. No es algo que habituemos a hacer o ver en las bodas.

- De acuerdo. Déjame que le dé el mensaje al médico y mis hombres esperarán por mí a mañana. Parte de ellos escoltarán al médico de vuelta al pueblo.

***

No podía negar que estaba sorprendido de ver a todos aquellos guerreros con el cuerpo y el rostro pintado, moviéndose sin cesar, abrigándose todo lo que podían ante el frío y refugiándose cerca de la gran hoguera central que ardía incesantemente. Intentó alejarse disimuladamente de los guerreros que llevaban cabezas de búfalos y bailaban con lanzas, sin embargo, Sasuke parecía muy tranquilo.

Pequeño cuervo (Naruto: Naru-Sasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora