Capítulo 33: Ultimátum

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Medio día tardaron en llegar hasta el poblado de "Toro sentado". En las puertas, los guerreros hacían guardia y les observaron con cautela al entrar en sus dominios. No era normal ver a cuatro indígenas entrar en su poblado, menos en tiempo de guerra. Naruto posó sus ojos sobre todos aquellos guerreros que afilaban sus armas y preparaban las pinturas de guerra, pero no había venido allí ni para unirse a ellos, ni para debatir sobre sus prácticas. Venía buscando a Sasuke y era lo único en lo que se centraba.

Al llegar a la plaza central, uno de los guerreros les dio el alto, deteniendo los cuatro jinetes sus caballos, Naruto un poco más adelantado al resto marcando que él era el portavoz, quien deseaba hablar mientras el resto simplemente, le acompañaban.

- Vengo a hablar con Toro sentado – comentó Naruto.

- En este momento está en su purificación. Deberéis esperar.

- No voy a esperar – amenazó Naruto, bajando del caballo y tomando las riendas en su mano – no he cabalgado medio día para escuchar ahora que no me atenderá por la purificación. Una guerra nunca cesa – dejó entrever – soy "Nueve colas", de la tribu Arikara y he venido a tratar un tema importante. De ser rechazado, ateneos a las consecuencias – amenazó como futuro líder de la tribu.

- Dejadle pasar – escucharon una voz tras la cortina de la tienda.

Al instante, todos se apartaron del camino de ese rubio que inició el camino hacia el interior de la tienda. Ni siquiera miró hacia atrás para ver a sus compañeros, ellos sabían perfectamente que debían cuidar de Menma mientras él se reunía con el jefe del poblado.

- Vamos, Menma – comentó Neji – vayamos a dar una vuelta mientras tu padre conversa. Seguramente tardarán en llegar a un acuerdo.

- De acuerdo – susurró Menma, tirando de las riendas del caballo para que girase y siguiera tanto a Sai como a Neji a través del poblado.

El interior de la tienda estaba lleno de humo. Algunos ancianos fumaban la pipa y se la pasaban unos a otros, pero todos... se giraron a mirar al nuevo guerrero que entraba en ese entonces. Naruto pudo reconocer a un par de jefes de otras tribus, seguramente estarían negociando algo o ideando un plan para la guerra.

- No esperaba ver al "nueve colas" por aquí. ¿Vienes a proponer una alianza con nosotros? Tu abuelo comentó sus inquietudes acerca de la guerra, no esperaba veros involucrados en ella.

- No tengo intención de ir contra la voluntad de mi abuelo – susurró Naruto con seriedad – he venido buscando algo que se me ha robado.

Aquellas palabras tensaron a todo el consejo. Sabían perfectamente los castigos por robar, aun así, la mayor de las preocupaciones surgieron cuando Naruto continuó narrando el crimen cometido.

- Más bien... debo considerarlo como rapto y aunque está permitido en muchas de nuestras tradiciones el rapto para contraer matrimonio, es bien sabido el castigo por raptar a alguien ya casado.

Los rumores iniciaron. Todos murmuraban entre ellos sobre lo que podría haber ocurrido y desde luego, la acusación que se estaba haciendo. No todos los días iba a venir un futuro jefe de tribu a tratar un tema como aquel si no supiera que los culpables estaban allí.

- Sé perfectamente que una de las tribus bajo la alianza Sioux ha secuestrado a mi esposo y exijo recuperar lo que es mío de inmediato. Además de imponer el castigo pertinente al que ha usurpado nuestras tradiciones.

- ¿Estás seguro que ha sido uno de la coalición? – preguntó esta vez uno de los ancianos.

- Tan seguro como que hace unas semanas atacaron nuestros cultivos y amenazaron a mi esposo.

Pequeño cuervo (Naruto: Naru-Sasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora