Este siglo no es mío

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Londres, 2018.

—No exageres bebiendo whisky —le explicó Emmy y Kenny asintió—. Nathaniel no es de fiar, pero como tu papá me pidió que te convenciera para hacer las paces con él, no me queda más remedio que instruirte.

—¿Vendrás conmigo?

—No, aquí no hay carabinas, vas sólita —le explicó y terminó de ondular la última mecha castaña—. Te maquillaré un poco, él podría darse cuenta si no te ves tan sexy como mi amiga.

—¿No me peinarás? —Acarició su cabello, al final Emmy le obligó a cortarlo hasta su cintura.

—Ya te peiné, aquí no es necesario que lo tengas tan ajustado ni recogido.

—¿De qué crees que quiera hablar el señor Shepard conmigo? ¿Por qué invitarme a cenar?

—Quiere tirarte.

—¿Qué? —se sobresaltó. ¿Qué era eso?

—Qué quiere conquistarte.

Se sonrojó. Escuchó mal.

—¿Y qué debo hacer yo?

—No creerle, recuerda que debes cuidar tu virtud para mantener tu honor y reputación. Nathaniel es un canalla, mientras más rápido cortes lazos con él, mejor.

—¿Un canalla? —abrió los ojos como platos mirándola a través de espejo.

—Una paria —musitó en tono confidencial y ella jadeó—. Un matavirgenes.

—¡¿Va a matarme?!

Emmy no pudo evitarlo y rompió a carcajadas, no podía ser tan malvada con Kennydos, era obvio que Nathaniel no la dañaría, pero no por eso la dejaría ir muy confiada a su cena, ella tenía que dudar del castaño.

—Creo que este collar no va con tu vestido —comentó mirando el zafiro y Kenny lo sujetó con fuerza.

—No me lo puedo quitar, eso fue lo que me dijeron antes de enviarme aquí.

Emmy se sorprendió.

—¿Crees que eso nos ayudaría a regresarte a tu siglo?

—Tal vez... No lo sé, no puedo perderlo.

—Cuídalo mucho —susurró—. ¿Solo tienes eso? ¿No hay más? ¿Alguna pista? —inquirió y asintió.

—Hay una carta, pero la dejé caer, debe seguir en mi siglo, siento que es una pieza importante.

—¿No la tendrá Kenny? En las películas, los afectados siempre comparten parte de la solución —meditó.

Ojalá su amiga se encontrara bien, conociéndola, ya se debió haber metido en más de tres problemas.

—Emma estará con ella.

—¿Y mi yo antiguo tiene estilo? —Desvió el tema—. Es decir, ¿me visto bonito? Ser doncella no es malo si al menos tengo estilo y veinte amantes.

—Tus cofías son bonitas.

Emmy casi se fue hacia atrás. Confías... ¡¿Usaba esas cosas en su cabeza?!

—Bueno, no en todas nuestras vidas seremos felices —siseó y siguió peinándola.

Ella quería ser una duquesa.

En el momento que Emmy le dijo que ya estaba lista, Kenny apenas y pudo reconocerse en el espejo.

Se veía... Se veía... Bonita.

Por primera vez en su vida se sentía bien consigo misma, si bien mostraba mucha piel en los brazos, el corte del vestido realzaba sus pechos y aclaraba su piel.