Silent Monster

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Estaba tan nerviosa que me cambié de ropa unas tres veces, más la cuarta cuando recibí su mensaje de texto preguntándome si venía él por mí. Tal vez mi inseguridad venía del hecho que desde el principio había sido una pésima idea a la que él jamás debió acceder, pero lo hizo y no fue hasta esperarlo, con el auto aparcado frente a su casa y yo sobre la puerta de éste, que me di cuenta que quizá no había sido tan mala idea... Si inoportuna, mas no mala.

Frotaba yo mis manos sudorosas entre si, no recordaba haberme sentido tan nerviosa en años y él salió al segundo que yo le envíe un mensaje. Usaba unos jeans claros rotos en las rodillas que iban tan perfecto con su camiseta blanca a juego con una azul a cuadros y la cereza del pastel, chaqueta de cuero negra. En ese instante me sentí imbécil con mis pantalones negros y suéter gris holgado... ¿Debí haber usado un vestido? No, seguro me habría visto horrible... Tal vez, ¿Botas altas en vez de converse?... Si, con lo alto que es yo debo lucir ridículamente pequeña en mi poco más de 1.60 de estatura, debería sólo volver a México donde todas son unas enanas de 1.50 o menos y puedo mofarme de ser alta, a diferencia de aquí que parezco una escuincla por mi estatura. El pensamiento me hace recordar a Bastian, alegando que yo tenía la estatura perfecta y de pronto siento unas ganas inmensas de llorar... No, más bien he querido hacerlo desde hace días.

— Hola — dice, sacándome de mis pensamientos.

— Hola, Nam.

Sonríe, ¿debería simplemente ponerle un sticker en cada hoyuelo? Un post-it, o ya mejor una cinta de mejilla a mejilla, odio tanto que sonría precioso gracias a ese par de hoyuelos.

— Y bien, ¿a dónde quieres ir?

Le doy palmaditas al auto — Este bebé conoce buenos lugares — lo hago reír —, y estuve hablando con él...

— Ah, ¿es él? — bromea.

— Claro, sólo mira su masculino color negro — finge estar rotundamente de acuerdo —. La cosa es, me ha dicho que conoce un lugar que te va a gustar.

— Vaya... ¿Cosas de hombres?

Me limito a reír, suelo ser una persona de constantes bromas y al menos él comenzaba a seguirme el juego, aquello aporta a que mis temores desaparezcan, tras pasar una hora con él en mi auto hablándome sobre música y me sorprende bastante saber que es del tipo que rapea porque para mí rap siempre es igual a un tipo de color muy, muy malo con chicas sexys por doquier. Al menos su plática termina por romper lo poco que nos quedaba de desconfianza, sin contar su cara de completa felicidad cuando descubrió el tipo de restaurante al que llegamos; poco después me confesaría que llevaba casi dos años fuera de Corea y que no había encontrado comida tan buena en ese tiempo. El resto de la tarde se la pasa burlándose de lo inútil que soy con los chopsticks y mi extraña manera de comer, que más bien él es el extraño pues absolutamente cualquier alimento se lo lleva a la boca con los palillos. A partir de ahí todo fue bien, por lo menos hasta que comenzamos con el llamado Soju, para ser sincera pensé que terminaría noqueada al primer trago como llegó a pasarme con el Sake japonés, al ser ambos de arroz los comparé mal, pero al final no llegó mas que a sonrojarme las mejillas y hacerme reír poco más de lo normal, no así Nam, quien sorpresivamente terminó poco más suelto que yo, perdiendo por completo el recato asiático que hasta entonces había demostrado, dándose más a los contactos físicos y la alarmante distancia de su delgado rostro con el mío.

Ya al anochecer nos digamos a salir, no fue difícil llegar al auto, afortunadamente él caminaba bastante resuelto y hacía un gran esfuerzo por no actuar extraño, además sería un largo trayecto de regreso y tenía sobre mí la responsabilidad de manejar, aunque también había tomado, estaba en estado conveniente. Fue por eso que encendí la radio para mantenerme despierta pues de pronto él se quedó en completo en silencio, pensaba yo que tras haber pasado horas y horas charlando era normal que quisiera permanecer callado, o qué no tuviera más por decir... no por eso me quitaba la sonrisa del rostro, había sido después de todo una tarde excelente, NamJoon era mucho mas relajado de lo que habría pensando... Podríamos incluso ser buenos amigos.

Illegal ♡ NamJoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora