❁
Hi, Illegirls!
Quiero decir, antes que cualquier otra cosa; gracias. Por leerme, por seguir esta historia y por llegar hasta este punto. Porque esta es una de las cosas que más disfruto hacer, mucho mejor si tengo la certeza de que la disfrutan también. Por tal motivo escribí este final alternativo, un tanto menos trágico que el final real pero, bueno, espero que les guste y de verdad,
¡Gracias!
❁
Pensé en morir, como muchas otras veces. Ese sentimiento desdichado que embarga el cuerpo sin piedad, tomando no sólo tu fuerza si no también tus sueños, tu salud, tu cuerpo y si lo dejas... Tu vida. Era el final, ¿cuántas veces no me había dicho aquello? No era la primera vez que intentaba arrancarme la vida, pero sí la primera en que tuve miedo. Me di cuenta de la estupidez que realizaba, cuándo el pacífico azul me llamaba furioso con sus mareas, al fondo de su ser; jalándome más y más pero... Yo no quería morir, ya no, no así. Me resistí, moviendo mis extremidades contra el agua, con todas mis fuerzas, mirando a lo lejos el negro cielo de la superficie. Fuerte, nada fuerte, tan fuerte como puedas. Uno no sabe lo valioso de vivir hasta que la oportunidad de hacerlo pende de unos metros, de una superficie, pero también de unos minutos. Apreté el poco aire en mi pecho, decida a lograrlo, buscando a manotazos hallar el cielo, pensando en todas las personas que quise durante mi vida pero sobre todo, en ese hombre de hoyuelos lindos.
Sentí el aire en mis manos y pataleé intensamente hasta lograr sacar la cabeza del agua, devorándome el mundo en bocanadas de aire fresco. Vaya dicha la de respirar, señal que se está plenamente vivo y me prometí no olvidarlo jamás, mientras vencía a las salvajes mareas de esta costa Mexicana, bañada ya por el crepúsculo, para luego arrastrarme exhausta por la orilla, deteniéndome donde la arena estaba seca; ahí permanecí boca arriba, admirando el firmamento mientras poco a poco comenzaban a pintársele enormes puntos brillantes, tintineando ligeramente.
— Bastian, pendejo — bromeo ante la solitaria playa — casi me llevas otra vez.
El cielo vestía ya con su elegante manto azul cuando volví a la camioneta, chorreando de agua y mojando todo el asiento, pero con la hora que era, al abuelo la camioneta era lo que menos iba importarle. Manejé regreso a casa, entre la carretera oscura, apenas iluminada por los faros, hasta entrar en la calle empedrada que conducía con el Abuelo, este último estaba afuera del tejaban con los brazos cruzados y a su costado, mi papá... Diablos. Apenas estacioné, vinieron ambos a prisa para luego regañarme durante una hora entera. Entre preguntas, acusaciones, regaños y castigos que incluían irme a dar un baño antes de dormir — porque evidentemente había perdido mi derecho a cenar 'taquitos con queso'.
Permanecí unas semanas en compañía del abuelo, para subir otros tres kilos más porque cada que venía a México era para comer como si nunca en mi vida lo hubiera hecho. También para disfrutar su variedad de playas, extrañada gastronomía y sus gloriosas bebidas alcohólicas. Me gustaba conocer el mundo, pero este siempre sería mi rincón favorito. Mis últimos días aquí se esfumaron rápido, no sin antes regalarme una visita ante la sepultura de Bastian; no le llevé flores, llevarle flores a un muerto era una pendejada, el afecto se muestra en vida y no debe ser limitado a la belleza fugaz, la fragancia dulzona, de una flor. Aunque sí le prometí no querer alcanzarlo otra vez, allá donde quiera que había ido.
{ ✿ }
ESTÁS LEYENDO
Illegal ♡ NamJoon
FanfictionCierta tarde, Amy le abriría la puerta a un guapísimo desconocido sin saber que en realidad le estaba permitiendo entrar descaradamente a su vida, además para cambiársela por completo. ¿Podrá ella lidiar con eso? Intentando librarse de una terrible...