I'll stay, I promise

244 26 11
                                    


Fue gracioso al principio, solo al principio, porque con el paso de los días comenzaba a cuestionarme de aquello. Solía hacerle bromas a Nam acerca de cómo sus fans enloquecían con una simple fotografía mal tomada y que ni siquiera aseguraba que fuera él — que lo era, pero me gustaba mofarme de que nunca tendrían la certeza. Lo hacía, no porque me gustara molestar a Nam, sino porque intentaba aliviarle el peso que sentía; de pronto se había vuelto un manojo de nervios, andando de lado en lado, levantándose incluso durante la madrugada a tomar llamadas telefónicas que, aunque no lograba entender, su tono de voz me indicaba que la persona del otro lado no le decía nada bueno. Quería hacerle saber que estaba con él, además de tener parte de la culpa, porque le quería demasiado.
Permanecimos de esa manera varios días y por mucho que intentara saber lo que sucedía, NamJoon se negaba hablarme de ello con sus: "Está bien, no tienes nada de qué preocuparte", pero lo tenía; con él tomando café como un loco y los constantes ataques de su fandom, aquello era una verdadera locura. Entre el estrés del caos, nos alcanzó el último día del año, NamJoon pareció relajarse un poco pero estaba segura algo seguía rondándole la cabeza, fue por ello a plena mañana le obligue apagar su teléfono y subirse al auto; conoceríamos un lugar nuevo antes del año nuevo.
Llegamos a Dalkey alrededor de media tarde, siendo golpeados inmediatamente por la brisa marina que, aunque era invierno, no llegaba a sentirse fría y era esa mi cosa favorita en este país, su clima siempre neutral. Caminamos por las calles toda la tarde, era de los poblados más modernos con los que me había topado y aunque NamJoon permaneció en silencio la mayor parte del tiempo, me era enormemente reconfortante tenerle a un costado. Hoy se había inclinado por unos pantalones color caqui holgados combinados con una camisa blanca, la manera en que ese look contrastaba con sus lentes le hacía ver muy intelectual... Realmente nunca dejaba de sorprenderme. La caminata duró horas, hasta que él habló para externar su apetito, así que nos detuvimos en un establecimiento cercano al museo donde la comida no sólo era magnifica, sino también el vino.


— Nam, has estado muy callado — me atreví a decir — ¿Sucede algo?


— No — pero dudó.


— Kim NamJoon — advertí bajando mi copa —, te exijo me digas qué sucede.


Al fin sonríe — ¿Recuerdas cuando pensabas que me llamaba Kim?


— Dios... Esperaba hubieras olvidado eso — suelta la risa —. No recuerdo haberme sentido tan imbécil en mi vida.


— No podría olvidarlo — sonríe lejano, casi para si —, no te... ¿no te da la impresión de que esos sucedió hace años?


Le miro bastante, así que era eso. Tenía el mismo sentimiento, de que los meses que llevábamos juntos se habían convertido en años y que días como hoy habían tenido lugar muchísimas veces. Lo ideal era que esta platica la tuviéramos dentro de unos años.


— Suficiente vino para ti — dije apartando su copa —, estas desvariando.


— No es el vino — repuso con seriedad —, eres tú. Tú me haces desvariar.


Exhale muy suave, esperando poder controlar el calor que me invadió la cara, ¿por qué estábamos teniendo esta conversación? Encontrarle así de serio me asustaba, ahora mucho más, diciendo cosas raras que me hacen sonrojar. Mi mejor opción fue seguir bebiendo de mi copa hasta que sus hoyuelos aparecieron, coquetos, amarrando una ligera sonrisa suya y colocó su puño cerrado, haciendo sonar su anillo contra la mesa. Mire aturdida, primero su mano, apuntando en mí dirección y luego le miré a la cara, guardaba aún su sonrisita tímida.


— ¿Cuánto más vas a quedarte? — su voz era una mezcla contradictoria de lo grave en un barítono con lo suave de un susurro.


En silencio, busqué respuesta en sus ojos de café, intensos y casi negros como el mejor americano. No supe aquel día, que mis propias palabras calaban hondo cuan estaca, juntando atropelladamente las lágrimas en mis ojos y me llegué a preguntar, cómo era que ese día él simplemente me había soltado con facilidad aquella frase.

Illegal ♡ NamJoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora