How long would you stay?

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Continué a paso firme, con las lágrimas en los ojos, sosteniendo los sentimientos fuertemente entre las manos. Había alcanzado mi limite, por mucho que quisiera a NamJoon aquello había sido demasiado, reclamarme por sus propios amigos era una estupidez y una que no pensaba permitirle, menos acusarme como si yo estuviese coqueteando con ellos. Además, si pasaba tanto tiempo con los chicos era porque él comenzaba a poner una distancia entre los dos, una que no me dejaba romper, mucho menos recibir explicaciones.
Lo oí llamarme un par de veces, negándome a voltear y deseando se rindiera al fin, para dejarme ir sola de una buena vez pero no lo hizo, hasta que sentí sus pasos muy de cerca.


— ¿Qué crees que estás haciendo? — pidió, tomando mi codo.


— ¿Eres imbécil? — le arrebato mi extremidad— Obviamente me estoy yendo.


Me sujeta de nuevo — Basta, Amy no te irás así.


— Perdóname, — digo volteándome hacia él — pero no está a discusión.


Sostiene su mano, acercándome — ¿Sabes qué hora es? No puedes andar por ahí...


— ¿Y tú? — señalo con la barbilla a sus guardias de seguridad —, ¿tú puedes, NamJoon?


Aquello salió de mí boca sin pensarlo, un reclamo que tenía guardado en lo más profundo de mí ser pero que nunca deje salir a flote. Permanece él en silencio, casi soltando su agarre en mí. Lo lastimo, lo sé porque la fuerza de su expresión es reemplazada por sus cejas fruncidas.


— No, no puedo... Lo siento.


Sus palabras llegaron hondo, soltándome todo el llanto que luchaba por retener y en ese preciso momento me abrazó, atrapándome con intensidad y enrede los brazos a su torso automáticamente. Esto no estaba bien, pelear con él no lo estaba... Él lo sabía, porque nos queríamos en la misma medida, pero lo nuestro tampoco estaba yendo bien, ¿qué nos había pasado?, ¿en qué momento nos ganó la monotonía? Estar juntos había dejado de ser especial, hundidos en discusiones triviales para poder regalarnos un abrazo, como el de ahora, sincero y sintiéndolo realmente como nuestro, aunque... Ni todos los abrazos del mundo nos devolverían lo perdido, tampoco sanarían las heridas descubiertas por nuestras palabras. Lo que habíamos olvidado de nosotros sólo podría recordárnoslo la distancia, por cruel y dolorosa que fuera. Mientras tanto, las cosas podrían calmarse pero no llegarían nunca a ser resueltas.
No me equivoqué. Las cosas no cambiaron... Más bien, no volvieron a ser las mismas, porque cambiadas ya estaban hacía mucho. Y ahora, meses después me preguntaba cómo era posible, que teniéndolo frente a mí, lo extrañara tanto. Era la peor manera de extrañar a una persona, haciéndolo aunque ésta este a tu lado, ¿no significaba aquello que la relación había terminado? Seguramente. Le miro sostener distraídamente el anillo en su dedo, con la mirada sobre su café y — Dios mío, como me duele — me duele verle así, haciendo exactamente lo mismo; su rostro no cambia nada pero no hay rubor en sus mejillas y su cabello, perfectamente lacio alineándose peinado en su frente. No sé en qué momento, pero el chico que tenía conmigo ya no era June e, irónicamente, me sostenía a mí de la misma manera en que a su anillo; con lejanía, sin quererlo realmente y sólo por la costumbre de sentir que estaba allí.


— NamJoon — logro sacarme de la garganta —, ¿cuánto más vas a quedarte?


Tardó en mirarme. «Me quedaré el tiempo que tú quieras» Dilo, por favor dilo.


— No sé — se encoge de hombros —, tengo un par de horas antes del ensayo, ¿quieres ir a algún otro lugar?


Le miré a los ojos fijamente, esperando entendiera como solía, sin necesidad de palabras, pero no lo hizo. Negué lentamente mientras bajaba mi taza de café sobre la mesa.

Illegal ♡ NamJoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora