Equestria Girls: Las Aventuras del Doctor y Derpy

Capítulo XXIII.- Pesadillas: El Defensor

Mientras Derpy se encontraba en su travesía por la mente del Doctor, se encontró con el temible archienemigo del Doctor, que era conocido como el Maestro. Éste le mostró a Ditzy todas las malas acciones realizadas por el Doctor en sus diferentes encarnaciones, lo cual no ha hecho más que hacer que la mente de Derpy se aferrara a la idea de que su compañero era una buena persona, aún y a pesar de la evidencia que mostraba el contrario. Pero inmediatamente aparecía otro personaje en la escena, una mujer de nombre Martha Jones, quien también había compartido muchas aventuras con el Doctor y, pese a que trató de demostrar su cariño y amor por el Señor del Tiempo, no fue correspondido por éste último.

- ¡Tal vez lo que hayas dicho sea verdad, pero eso no significa que tu estés en el camino correcto! - decía Martha, quien comenzó a manifestarse frente a Derpy.

- ¿Y tu quién eres? - le replicó Derpy.

- Permíteme presentarme, mi nombre es Martha Jones. -  

- ¿Martha? ¿Qué haces aquí? - Preguntó la chica de ojos color ámbar.

- Estoy aquí por algo importante. - Dijo la señora Jones. - Veo que tu también sientes algo de aprecio por el señor Smith, ¿No es así?

- ¿El señor Smith? ¿Te estás refiriendo al Doctor? - cuestiona Ditzy - Claro, pero él y yo solo somos buenos amigos. - dijo Ditzy.

Inmediatamente, Martha comenzó a dirigirse hacia el Maestro, con el fin de darle la cara.

- Tal vez haya cometido errores, pero el Doctor no es el tipo despreciable del que hablas. - Martha replicó al Maestro frente a su cara.

En esos momentos, el Maestro, sin decir ni una palabra, volvió a proyectar la pantalla con las atrocidades cometidas por el Doctor, haciendo que Derpy, cansada de volver a repetir su amarga experiencia, decide tapar sus ojos para no ver nuevamente eso que le causaba tanto horror. Por su parte, Martha quedó sorprendida al ver aquellas imagenes.

- Bueno, tal vez el Doctor haya hecho todos estos desastres - Dijo Martha en defensa - Pero si lo hizo, fue porque quería proteger a las personas que él quería. -

- ¿Proteger? - decía el Maestro como si estuviera jactando de su veracidad - ¿Crees que vas a proteger a las personas que más amas, matando a millones? Creo que no eres la más indicada para hablar de ello.

- Tal vez no sea la más indicada para hablar de ello - responde Martha - Pero eso no lo diré yo... Lo dirá uno de los instrumentos más raros que encontré en su máquina

- ¿Instrumento, dices? - cuestiona el Maestro.

En ese mismo momento, Derpy encontró, de manera curiosa, la bolsa de Martha; al revisar, encontró un dispositivo pequeño que permitía hacer grandes presentaciones tipo PowerPoint, y en ese momento, Derpy lo activó, y lo que vio, fue de lo más hermoso que había visto en su vida.

Poco a poco, los buenos recuerdos del Doctor comenzaron a verse en pantalla, y pasaron muchas cosas bellas, alegres, e incluso tristes, que habían marcado la vida del Doctor: Cuando tuvo a su hija Jenny, cuando muere Astrid en el Titanic, cuando salva a Donna de los Racnoss, incluso también todos los recuerdos que el Doctor pasó junto con Martha. También comenzó a ver, con sus propios ojos, cómo se manifiestan frente a ella sus grandes amigas: Bonbon, Lyra, Vinyl y Octavia; ellas muestran eventos en los que ella también recibieron la ayuda del Doctor en algunos momentos de necesidad, así como también le muestran las cosas buenas que ha logrado.

- Todo lo que acabo de ver... Es... Muy hermoso. - decía Ditzy sonriente.

Sin embargo, Derpy se percató prontamente que el Maestro tenía su mano derecha agarrando la mano que sostenía el dispositivo.

- ¡Suelta esa cosa ahora mismo! - Contestó el Maestro con desprecio.

- No me harás cambiar de opinión. - le replicó la chica bizca.

- Bien, suelta a la chica. - dijo Martha en forma de orden - O de lo contrario, me veré obligada a hacerte lo mismo que la otra vez. -

- Bien - contestó el Maestro, soltando a Derpy - Pero no cambiará el hecho de que el Doctor es una mala influencia para la Humanidad, y un peligro para el orden universal.

- ¿Un peligro, dices? - decía Martha.

- Sí. Veo que no conoces del todo al Doctor, y creí que habías estado mucho tiempo con él. -

El Maestro vuelve a soltar una risa macabra.

- Ahora veo todo... - piensa Derpy - Acabo de ver las dos caras de la misma moneda... Y ahora, me encuentro en medio de la incertidumbre... ¿Me quedaré con él, o le diré adiós? Nadie lo sabe, pero la decisión que tome será la que determine mi destino. -

En ese mismo momento, Derpy comienza a entrar en un gran dilema: Dejar al Doctor por las malas cosas que hizo, o quedarse con él y aceptarlo tal y como es. Su respuesta está por verse.