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Al siguiente día, Jungkook amaneció de buen humor, lo de ayer estuvo más que perfecto.

Preparó un buen desayuno, había visto ese platillo en el refrigerador de la casa de Taehyung y se lo bajó, el aún estaba dormido, Jeon murió de ternura es la verdad, Taehyung estaba demasiado lindo, de por sí el chico es apuesto.

Acostado un poco de lado, su figura se marcaba, sus caderas sobresalían, su rostro recargado sobre un brazo suyo, su cara genuinamente tranquila y con unos ligeros pucheros involuntarios.

Jeon pensó que esa imagen mejoraría si no estuviese atado y tuviese la luz del sol matutino sobre él.

Dejó la bandeja sobre el baúl negro, se sentó en la cama a su lado y movió su pierna levemente.

Taehyung bostezo sin abrir aún sus ojos, tierno.
Jeon realmente tendría un ataque.

Se agachó un poco y besó sus labios, sin nada sucio, fue un beso tierno.

Tae por fin abrió sus ojos.

—Buenos días—. Jeon saludó sonriendo.

—¿Son días? Ni siquiera tengo noción del tiempo—.

—Lo son, no te preocupes, traeré un reloj para ti—.

Jeon es tan complaciente con él, lo que Taehyung pida, lo que Taehyung tendrá, si no es algo que arriesgue su estadía ahí.

Jungkook lo quiere hacer feliz, pero teniéndolo de prisionero el nunca lo será y Jeon se niega a creer eso.

—Te traje el desayuno, ¿Quieres comer ya?—.

Kim asintió.

Se sentó y le liberó una mano.

Se sentó frente a él Jeon, con las piernas cruzadas, mirándolo.

Taehyung vio el platillo, su favorito, mucha maldita casualidad.
—¿Cuánto tiempo preparaste esto?—.

—Si te lo digo creerías que estoy loco o algo así —.

Tae metió un bocado a su boca y le levantó sólo una ceja.
—Ya creo que estás loco—.

Jeon rió pensando que eso fue algún tipo de cumplido.

—Ya tenía el cuarto, había metido los muebles ya aquí, tengo una ligera adicción sexual con lo dominante / sumiso —.

—No, ¿en serio?—.Kim era sarcástico.

Jeon volvió a sonreír, sentía que por fin convivían y eso lo hacía feliz.

—Sí, después te conocí, a primera vista pensé de ti como un chico apuesto pero arrogante y no me equivoqué, lo eres—.

—Tampoco eres un sol—. Tae espetó.

—Nadie lo es, eres muy rebelde y la idea de dominarte se quedó clavada en mi mente—.

Taehyung comía en silencio, en realidad no había algo correcto que responder.

—Así que te investigué, te seguí y mira aquí estás—. Sonriente.

A Taehyung no le hacía feliz así que no sonrió sólo asintió.

Acabó, Jeon puso las cosas de lado y siguieron hablando.

—¿Qué clase de jugos te gustan?—.

—¿En serio no lo sabes? Pensé que me tenías bien espiado—. Sarcástico.

—Puedo deducir que te gustan los jugos de batalla o de algún tipo de temática, resolver algún misterio, aventura y que no te gustan los juegos de deporte o musica, ¿tengo razón?—.

Taehyung frunció el ceño y asintió.

No se equivocaba, detestaba el fifa o cualquier juego de música y le gustaba resolver misterios o ganar batallas.

Jeon sonrió complacido al verlo darle la razón.

—Bien, ya vuelvo—. Se levantó, tomó las cosas, apretó su otra mano y se fue a comprar el videojuego.

Jeon iba en el auto camino a la tienda de electrónicos.

Cuando recibe una llamada.

[ Park Jimin ]

—¿Sí?—.

—Hola Jungkook —.

—¿Pasó algo?—.

—No, sólo llamaba para ver ¿cómo estás? —.

—Bien—.

—Me alegra, entoncees, Jungkook, ¿crees que podríamos vernos?—.

Jeon retorció los labios.

— Sí, está bien—. Sólo dijo eso para que ya colgara.

—Me alegra,¿Cuándo?—.

—El día que quieras—. Estacionándose y bajando del auto.

—Muy bien, te mando mensaje, adiós—.

Jeon no se despidió, sólo colgó.

Ingresó al lugar.
—Trae la mejor consola que tengas—.

El que atendía lo miró raro, bueno, sinceramente Jungkook sonó grosero y arrogante.

—¿Usted no es muy grande para tener una consola?—.

Jeon respondió con sarcasmo, aprendió algo de Taehyung.

—Pues es para mi nieto, imbécil —.

Bien, Jungkook se veía grande, no solamente por la ropa tan elegante y fría que usaba si no por sus comportamientos y gestos, pero no tan grande como para ser un abuelo.

El empleado fruncio el ceño porque notó su evidente sarcasmo y fue por la consola.

Mientras fue por ella, en el estante habían juegos, los vio y todos eran realmente estúpidos para gente inmadura, pero bueno, Taehyung no era el más maduro de la vida ¿cierto?.

Ni siquiera vio cuáles, sólo tomo un puñado y los dejó sobre la barra.

La trajeron y el empleado realmente lo vio raro, un hombre como Jungkook, comprando cosas para adolescentes imbéciles no era muy común de ver.

El empleado le diría el total pero antes de que dijera algo Jeon extendió la tarjeta.

La tomó y lo cobró, tomó las cosas y las llevó al auto.

En el estacionamiento, metió las cosas a la cajuela, y al cerrarla vio que en el espacio de al lado se acababa de acomodar un auto, bajó Hania, la acompañante de aquel día de Taehyung.

Él preferiría evitarla, probablemente había notado que Tae ya había desaparecido.

Sin decir nada fue a la puerta del piloto y la abrió, cuando escuchó que ella habló.

—Oye—. Obviamente se dirigía a Jungkook, no había nadie más ahí.

Stockholm Syndrome [VK] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora