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—Ash—. Kim lo aventó de nuevo.
—¿y mí helado?—.

—Cierto, iré por él —. Tomó su celular, lo guardó y fue.

Aprovechando su estadía en la tienda compró cosas para cocinar, pues lo de Jin aún seguía en pie, cocinaría lasaña, delicioso, de igual manera la lasaña le gustaba a Taehyung.

Dos pájaros de un tiro.

Estuvo con Kim la mayoría del día, platicando, jugando, comiendo, todo juntos, pasaron un buen momento, si quitamos el hecho de que Kim está encadenado, todo estuvo bien.

Llegaron las 6:30, la verdad por estar con Taehyung, Jeon no había cocinado nada, vio su reloj y subió rápido, se bañó y se cambió.

Pronto llegaría Jin, así que bajó con Taehyung, para advertirle.

—Ni siquiera un intento de grito, no te escucharemos, así que mejor evitalo—.

Kim lo miró mal.

Se acercó y besó su boca, para después subir y cerrar bien la puerta, colocar el tapiz, la ropa y ponerle seguro al closet.

Digo es demasiado pero es mejor eso a tener que matar a Jin.

6:57 tocaron.

Exactamente bien, Jeon acomodaba los últimos botones de su manga derecha, ni siquiera el tiempo de secar su cabello tuvo, así que nada más lo acomodó.

Sinceramente se veía sexy, irresistible.

Abrió.

—Hola—. Jin alegre.

—Hola, pasa—. Jeon haciéndose a un lado permitiéndole el paso.

Jin entró, vio su casa, es tan bonita y elegante.

—Woow, tu casa es preciosa—.

—Gracias, Jin, se me hizo tarde así que no preparé la cena, ¿cocinas conmigo o me esperas?—.

—Te ayudo, sin duda—. Jin dejó sus cosas en la sala y acompañó a Jungkook a la cocina.

Platicaban de cosas que pasaban en el hospital o dudas que tenía Jin sobre la profesión, nada relevante.

Jeon dejó picando a Jin lo necesario, cebolla, ajo, rayando queso.

Mientras él hacía la carne, la salsa y la pasta.

—Jin, ¿por qué no me habías comentado que eras gay?—.

Jungkook empezaría a hablarle del tema.

—Ahh, yo, me da mucha pena—. Sonrió nervioso.

—Me extraña que te de pena, no es como si yo fuera heterosexual—. Entre risas.

Jin también rió.
—Tienes razón, lo siento—.

—No hay problema, bueno, ahora lo sé—.

—Sí y Jungkook, ¿cómo te gusta a ti un hombre?—.

—Mmm, jóven, lindo, me gustan sumisos rebeldes, que tengan una linda sonrisa, no lo sé, algo así—. Decía mirando al techo, pensando en otra cualidad de Taehyung.

Jin asintió solamente.

—Vamos a la sala, dejemos esto cocer unos minutos—. Jungkook bajando la flama.

Fueron a la sala y se sentaron juntos.

—¿Y el tuyo?—.

—No hay un específico, pueden ser con aspecto tierno o rudo incluso ambas, me gustan altos, porque prefiero ser yo el pasivo, inteligentes, sí, así—.

Jeon sonrió, él en realidad es fan de incomodar a las personas así que respondió.

—¿Cómo yo?—.

Jin se empezó a trabar y ponerse rojo.
—Ah, bueno, yo, algo, estilo, ahh tú—.

Jeon se rió levemente.
—Sólo bromeo—.

Jin más tranquilo asintió, miró al suelo, se sentía nervioso, su presentimiento decía que Jeon ya conocía sus sentimientos.

Estaban cerca, viéndose uno al otro, Jin veía los labios de Jungkook deseando besarlos, estaban callados, cosa que hacía esto más incómodo.

Se acercaron para besarse, pero una de las cazuelas sonó, desviaron ambos la vista, se levantaron y fueron a la cocina.

Al estar en la cocina el pecho de Jeon se relajó, se sentía la presión.

Jin también pudo respirar bien por fin.

Jungkook al tratar de tomar la de la salsa, por estar pensando en otra cosa no la sujetó bien, se le cayó toda encima de la camisa azul cielo de vestir que llevaba.

Estaba ardiendo.
—¡Ahh!—. En forma de gruñido.

Rápidamente se la quitó, se lastimó un poco, la dejó en el suelo y se sentó en una silla.

Jin preocupado se acercó, viendo su pecho un poco irritado.

—Supongo Doc que tiene botiquín—.

Jeon sonrió por la broma.

—En la alacena derecha, parte superior—.

Jin asintió y fue por ella, enseguida empezó a curarlo, le colocaba una pomada para quemaduras.

Estaba tocando el pecho de Jungkook, el fuerte pecho de Jungkook, ejercitado, precioso y suave, aunque un poco rojo de irritación.

Se iba su mente del verdadero propósito.

Y Jeon lo miraba, el rostro que tenía mientras pasaba sus manos por su piel.

No lo podía ocultar, le gusta Jungkook y por fin él ya lo notó.

—Jin, ¿yo te gusto?—.

Stockholm Syndrome [VK] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora