Capitulo 11

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"Muy bi-bien cariño... ¡Mierda! Lo estás, lo estás haciendo muy-muy bien"

Rubén brincaba en la polla de Miguel como si su vida dependiera de ello, después de la charla sobre los recuerdos del castaño, este se sentía mucho mejor por haberlo platicado, era la primera vez que se lo confesaba a alguien que no sea su madre o padre.

Sus movimientos eran la muerte para Miguel, movía su cadera como un verdadero experto con sus manos en el pecho de su alfa para no perder el equilibrio mientras Miguel lo sostenía firmemente de ellas.

Ambos estaban acalorados, con la piel ardiendo, millones de feromonas por parte de ambos ya habían invadido el departamento.

"Mi-Miguel, Oh... Pro-Pronto..." No podía articular ni una oración corta, sentía el miembro de su alfa en toda totalidad, amaba sentir como Miguel vagaba por todo su cuerpo. Como lo llenaba de besos y mordía sus pezones. Sentía su cuerpo temblar cuando esté pasaba por su mordida, todas las sensaciones eran adictivas.

"Me-me encanta lo apretado que estás" Gruñó cerca de su cuello dejando lametones y pequeñas mordidas "No sabes cómo hueles Rubén" Dijo tomando sus nalgas para abrirlas por completo "Vamos cariño, demuéstrame que te encanta"

Estaba a punto del colapso, amaba al Miguel guarro, estaba siendo rellenado por este hombre que tanto quería y eso estaba bien, las sensaciones que estaba experimentando siempre iban unos pasos más adelante de su perspectiva, estaba en las nubes.

Gemidos y jadeos era lo único que salía de su boca, un pequeño grito salió de sus labios cuando el miembro de su alfa tocó su punto logrando que su respiración de acelere. Tiró su cabeza hacia atrás mientras tiras blancas eran esparcidas por los pechos de ambos y estómago de Miguel.

"¡OH, OH! ¡MIGUELLL!" Cuando el nombrado sintió que los movimientos estaban disminuyendo por parte dl omega, lo apretó de las caderas y continuó el los movimientos de arriba abajo, haciendo gritar a Rubén por completo.

El castaño era un desastre. Sentía que en cualquier momento caería de la cama si Miguel no lo sostenía. Otro alarido salió cuando sintió la hinchazón de su alfa emerger dentro de él.

Apoyo su frente en el hombro de su alfa mientras esté gemía en su oído.

Su herida en el cuello volvió a ser reabierta sintiendo el ardor nuevamente. Podía sentir como las emociones de su alfa -deseo, pasión- las transmitía con la mordida. Cuando los colmillos salieron de su cuello, el pelinegro empezó a lamerla para que empezará a cerrar de nuevo.

"No sabes lo bien que te siento de esta manera bebé" Dijo Miguel cerca de su oído. "¿Estás cómodo?"

Este asintió sin querer moverse, la hinchazón de Miguel lo estaba matando.

"¿Estaremos mucho tiempo así?" Siseó. "Me duele Mangel"

"No amor, unos minutos más" Dijo besándole el cuello. "Ya no creo estar sin ti después de esto Rub" Miguel confesó acomodando su cabello sudado detrás de su oreja con su otra mano tenía su mano firme en la cadera de su chico. "Múdate conmigo"

Este abrió sus ojos como platos y se alejó del hombro de su alfa.

"¿Tú-tú en verdad...?"

No termino de articular de su pregunta, su alfa le había puesto los dedos en su boca para acallarlo. "Eres mi omega y te quiero a mi lado, verte todas las mañanas, disfrutar siempre que queramos de nosotros..."

Decir que su cara era un tomate maduro era muy poco, sentía que se le iba a caer toda la cabeza de la vergüenza.

"También me-me gustaría vivir contigo" Dice besándolo levemente en los labios. "Tengo que hablar con Violetta"

Fértil - Rubelangel - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora