Rubén llevaba diez minutos esperando a su alfa, por alguna razón este iba retrasado.
Miguel le había llamado a la hora del almuerzo para decirle que iría por él pero a lo mejor tuvo alguna emergencia.
Mientras esperaba se dedicó a contemplar los árboles, como sus hojas poco a poco sus colores de verdes brillantes pasaban a un naranja rojizo.
Amaba el otoño.
Casi diez meses desde que se había convertido en el omega de Miguel y todos los días los vivían como si apenas se acabaran de emparejar.
Vivían enamorados, se desvivían y preocupaban uno por el otro.
Todo este tiempo había sido increíble pero todo lo bueno también tiene sus partes malas.
Beatriz le había marcado unas escasas tres veces más y lo último que le dijo es que se encontraba muy enferma. Liv su hermanita había quedado a cargo de su tía Rosie mientras todo quedaba en orden con su amaba madre.
Todo se fue a la borda cuando la abuela de Rubén llamó a la supuesta escuela donde su nieto estaba inscrito y saber porque tardaban tanto tiempo las excursiones de nuevo ingreso.
Casi tuvo un infarto cundo le dijeron que ningún Rubén Doblas estudiaba ahí y ellos jamás hacían excursiones tan extensas.
Cuando está se enfrentó a Steve, su hijo no le supo qué decir, Deborah lo echo de la empresa ese día, diciéndole que la única manera de volver era con su nieto a su lado o que jamás volviera aparecerse por ahí.
Desde eso Steve había desaparecido, seis meses de que Beatriz no tenía a su alfa cerca, dos celos pasándola sola y casi muriéndose.
Era como si estuviera muerta en vida.
Acostada todo el día, ya no se podía permitir llorar porque las lágrimas no salían por la deshidratación que su cuerpo presentaba, apenas comía y dormía, tomaba una ducha cada dos o tres días, era una tortura.
Toda persona que la veía pensaba que en cualquier momento ella fallecería, pero no. Sabia su alfa volvería, solo estaba teniendo un mal momento.
Y bueno eso la hacía fuerte.
"Hola Rub" Su pelinegro amigo apareció a su lado dándole una pequeña sonrisa, este venía todo fachoso, el cabello revuelto, cargaba la nariz roja y ojeras violetas bajo sus ojos.
"¿Que te pasó Guille?" Fue lo único que puso salir de su boca. El chico se encogió de hombros con un puchero en su boca y se le abalanzó encima mientras empezaba a llorar amargamente.
Estuvieron así un par de minutos, con un castaño dándole pequeños masajes en su espalda para calmarlo mientras el pelinegro seguía llorando sin poder controlarse.
"¿Qué ha pasado?" Susurró tranquilo. Estaba empezando a impacientarse, no le gustan el olor que Guillermo desprendía.
"Sa-Samuel... Él-Él, me me ha de-dejado" Rubén palideció. Todo iba bien con ellos hace unos días que fueron en parejas a cenar. ¿Qué había ocurrido?
"Oh Guillermo" Lo abrazo fuertemente. "¿Quieres platicar?" El pelinegro asintió mientras se limpiaba sus enormes lágrimas con su suéter. "Bien, Miguel vendrá por mí, si quieres podrías venir a casa..."
Rubén dejó de hablar al ver que Guillermo no le estaba prestando atención, tenía su mirada conectada con alguien a su espalda. Al girar vio a Samuel, venía en dirección a ellos. Fumaba un cigarrillo como siempre hacia al terminar sus clases.
De tanto mirarlo logró ver que también estaba extraño. Cargaba ojeras y se veía ligeramente más delgado. También se encontraba mal por Guillermo.
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Fértil - Rubelangel - Adaptación
FanfictionCuando a un omega se le es quitada su fertilidad se vuelve frío, duro, alguien muy difícil de roer, su aroma se vuelve más turbio con la facilidad de confundirlo con un Alfa. Eso era lo que necesitaba Steve Doblas para poder quedarse con su gran im...