Capitulo 12

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Miguel tenía a Rubén envuelto entre sus brazos, el castaño seguía profundamente dormido, su pequeño y delicado pecho subía y bajaba tranquilamente. Una sonrisa se plasmó en su rostro, sentía su pecho inflarse de alegría, ahora en adelante así despertaría todos los días con su omega en brazos, sintiendo su calor y disfrutando uno del otro cuando quisieran.

El castaño se acurrucaba cada vez más contra él y sonrío mientras acariciaba el cabello de este.

Lo quería mucho, jamás pensó poder conocer a su omega en el consultorio y dando ayuda médica.

Agradecía a su hermana, de no ser por ella lo hubiera dejado pasar sin importar si era su pareja o no, ya que siempre fue primordial su carrera y trabajo como médico.

Pasaron unos minutos aún con su pareja en brazos y se le ocurrió una magnífica idea.

Como era su primer día oficial de su chico en su ahora departamento también. Lo mejor era prepararle el desayuno.

Trato de salir de la cama lo más silencio posible, Rubén lo tenía rodeado con sus brazo y como pudo logró escapar. Se puso unos pantalones negros holgados, sonrío ver a su chico aún dormido y se encaminó a la cocina.

Le haría el mejor desayuno que podría hacerle a su castaño. Cosa que iba a intentar porque siempre desayunaba camino al hospital, rara vez en su departamento.

...

Un delicioso aroma a tocino de filtro por sus fosas nasales, incitándolo a inhalar más profundo. Sonrío instintivamente.

Se estiró llevando su mano derecha a palpar el colchón en busca de su alfa, pero solo sintió el edredón, abrió sus ojos como a poco y estaba solo en la enorme cama.

Termino por estirar su cuerpo completo soltando suspiros cuando sus huesos quitaban toda tensión, se puso de piel unos segundos después y busco un short de deporte en unos de sus cajones.

Anoche se habían dormido hasta tarde acomodando la ropa del castaño en el amplio closet del pelinegro y bueno ahora la mitad de este le pertenecía.

Radiaba felicidad de solo pensar que de ahora en adelante estaría por siempre con su alfa, compartiendo todo.

Termino por poderse los shorts y una playera sin mangas y salió en busca de su amado.

"Buenos días" Soltó Miguel estando de espaldas entretenido con unos panqueques, se volteó a verlo y le dio la sonrisa más linda que Rubén pudo a ver visto con hoyuelos y todo.

"¿Cómo sabias que venía?" Pregunto acercándose para ver que está haciendo.

"Puedo sentirte en todo el departamento Rub" Este se sonrojó y le dio un beso en la mejilla. "El desayuno está listo" Dijo para poner el último panqueque en un torre.

Ambos salieron de la cocina con tocino crujiente, pan tostado con mermelada de fresa y panqueques con miel de maple. Todo delicioso.

"Toma siento amor" Dijo el pelinegro mientras le daba un beso en la frente y corría nuevamente a la cocina. Rubén empezó a comer una rebanada de pan tostado, saboreando lo deliciosa que era la mermelada.

Miguel reapareció con dos tazas de café. Prometiéndole a Rubén que pronto irían juntos al supermercado para comprarle su té favorito.

"¿Está rico todo?" Pregunto el pelinegro para después darle un sorbo a su café, miro a su chico asentía mientras comía encantado. "Qué bueno porque no soy de cocinar mucho"

"No digas eso, todo está delicioso" Alentó el castaño. "¿No desayunas antes de ir al hospital?"

El pelinegro negó mientras se metía un bocado de panqueque en su boca, segundos después lo trajo "La verdad prefiero dormir un poco más y después tomar algo en el camino o en el hospital"

Fértil - Rubelangel - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora