Capítulo 1

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Ji Yong bajo el rostro sintiendo que de un momento a otro se soltaría a llorar. Quería huir de la farsa que estaba a punto de comenzar. Se sentía el ser más miserable sobre la faz de la tierra. –Y usted Kwon Ji Yong ¿acepta a Choi Seung Hyun como su esposo, y promete amarlo, respetarlo y serle fiel el resto de su vida?  ¿Acaso tenía otra opción? No quiso decir nada en ese momento, deseaba con todas sus fuerzas morir en ese preciso instante. El no deseaba casarse, él no amaba a ese hombre. ¿Por qué la vida era tan cruel con él? 

–Acepto –susurro quedito mientras sentía su corazón fragmentarse en pedazos.

Firmaron los respectivos papeles para hacer legal su unión y se giraron para presentarse como los señores Choi.

Maldita se la hora en la que su familia cayo en la bancarrota por culpa de un padre irresponsable ya apostador y la única manera de no ser asesinado por uno de sus mayores acreedores era entregar y comprometer a su hijo menor para que se casara con él.

Una multitud de personas vitoreaba y aplaudía a la pareja de recién casados.

Ji Yong miro hacia un lado observando a la persona a la que debería estar atado el resto de su vida. Un hombre muy alto, de cabellos azabache, porte elegante, delgado y atractivo aunque su personalidad fuera de lo peor. Después de todo era el jefe de la mafia.

Seung se sintió observado, ladeo un poco la mirada topándose con unos hermosos ojos color marrón claro pertenecientes a su nueva pieza de colección. La más hermosa obra de arte que había adquirido en su vida, nada se comparaba con la belleza que tenía ese joven rubio, ni la más cara pieza de arte le igualaba.

Recordaba a la perfección como lo había conocido. Fue una noche que había ido a amenazar al señor Kwon, ese hombre sí que estaba hundido hasta el cuello y debía ser asesinado, mientras le apuntaba al sujeto con un arma justo en la frente vio a su pequeño hijo escondido detrás de un sillón. Eso hacía dos años.

El muchacho era la pieza faltante para su colección, algo que a toda costa iba a adquirir y ahora había conseguido. Ji Yong no solo era ahora su esposo, ese chico le pertenecería de por vida. Satisfacción fue lo que sintió.

...

El menor tomo asiento en una mesa alejada del tumulto, ya había saludado a todos los invitados siendo felicitado por su matrimonio con Seung. Se sentía sumamente débil, el matarse de hambre durante varios días anteriores a la boda le estaban haciendo estragos. Llevo su mano al rostro tratado de detener el mareo que lo azotaba. 

 – ¿Se encuentra bien mi señor? –Daesung su nuevo guardaespaldas le pregunto preocupado, Seung lo había puesto a su cuidado por lo que tenía un breve tiempo de conocerlo. 

–Si... estoy bien –le regalo una sonrisa débil tratando de convencerlo. Ese chico era bastante amable y agradable y lo que menos quería era preocuparle, era tan bueno con él. 

–Puedo traerle algo si gusta –volvió a insistir el castaño. 

–No... no es necesario –Ji Yong se levantó de golpe y cuando menos lo imagino todo se volvió obscuro. Daesung lo alcanzo a agarrar antes de que cayera al suelo. 

–Suéltalo –tajo Seung quitándole de los brazos el laxo cuerpo del rubio, lo cargo como princesa y se lo llevo.

Dejo al chico en la amplia cama y tomo asiento en el borde del colchón. –Eres un estúpido –susurro mirándolo con el ceño fruncido, ya había sido informado de la condición de su ahora esposo, Ji Yong se negaba a todos los alimentos del día, ah pero ya lo escucharía no pensaba soportar a un mocoso berrinchudo. 

Quizás tenía 19 años pero aun así debía comportarse como hombre.

Dejo salir un suspiro levantándose con parsimonia, estaba por salir pero se quedó un poco más para observar a su esposo dormir. Con ese traje blanco lucia cual ángel caído del cielo y esa pequeña coronita de flores amarillas contrastando con su rubio cabello era un pequeño encanto más para él. ¿Había ser más hermoso que Ji Yong? Dudaba que fuera así. 

Se inclinó un poco para observarlo más íntimamente, dudaba tener una oportunidad así de nuevo. El menor lo quería a 100 metros de su persona por lo que sería imposible un acercamiento con él, aunque eso no importaba es mocoso le pertenecía ahora.

Paso su índice por su bonito rostro acariciando la suave piel que tenía, delineo sus labios con dulzura y acerco su boca a la de él, esos labios rositas y esponjosos lo llamaron. No lo pensó dos veces al posar sus labios sobre los del contrario, no había tenido la oportunidad de besarlo en cuanto firmaron el acta, Ji Yong fue tajante en decir que eso no sería posible.

Minutos después se separó sintiendo un poco de brillo labial en sus labios, la situación le parecía divertida, era una evidencia de que le había robado un poco de inocencia a su ahora esposo. Se levantó de la cama y salió de la habitación. Lo dejaría descansar, solo por el momento. 



...

Resubiendo esta obra de arte (okno) denle amor por favor uvu 

No podría enamorarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora